*El perfecto idiota

Hace años —en Costa Rica— me encontré con un libro titulado “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”, escrito por: Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa (Ed. Plaza y Janés, 1996).

Este libro introduce a la intimidad de las conciencias de muchos de nuestros políticos y líderes sociales…  De hoy y siempre.

Me pareció un libro revelador.

Facilita la reflexión sobre los estereotipos más comunes entre la clase política y académica de nuestros países, la cual se disecciona detalladamente para exponer las formas y explicaciones que estos idiotas utilizan para explicarse (y explicarnos) el porqué de sus acciones y sus errores y mentiras.

Nuestras circunstancias siempre son vistas por los opinólogos y los medios de comunicación como “algo trágico”.

El Perfecto Idiota puede ser de izquierda, de derecha, de centro, demócrata, totalitario, voluntarista, populista, conservador, vanguardista, tradicional, individualista o pertenecer a cualquier fracción política.

Sin embargo, todos tienen un eje común: Se sienten portadores de la verdad y se creen los salvadores del Estado y la democracia.

Según los tres autores, el Perfecto Idiota cree que América Latina es pobre porque los países del norte son ricos. O que los del norte son ricos porque nosotros somos pobres… —No importa, da lo mismo—.

También creen que la historia es una exitosa conspiración de malos contra buenos en la que “los malos” siempre ganan y los pobres siempre pierden y “él” -el perfecto idiota- se ubica siempre entre las víctimas y los buenos perdedores.

El perfecto odia el consumismo… Pero navega hábilmente en las redes.

Cuando habla de cultura dice siempre: “Lo que sé lo aprendí en la vida, no en los libros, y por eso mi cultura no es libresca sino vital”.

Al salir de la universidad e iniciar su carrera política, buscará el amparo de un partido con alguna tradición. Que tenga opciones reales de poder y le permita transformar sus veleidades revolucionarias —propias de su paso por la escuela— en una honorable relación con la Internacional Socialista (como la que tuvo al PRI y el PRD con ella).

Si su origen es de estirpe conservadora, buscará la doctrina social de la iglesia.

Será —para decirlo en sus propios términos— un hombre de conciencia social.

La palabra social, le fascina. Hablará de política, cambios, plataformas, corrientes, reivindicación o impulso social, convencido de que esta palabra santifica todo lo que hace.

La burguesía dejará de ser llamada por él burguesía, y será designada como Oligarquía. O identificada como “los ricos”. Y con el adjetivo evangélico de “los poderosos”.

Y obviamente serán suyas todas las interpretaciones tercermundistas.

Si hay guerrilla en su país, será llamada comprensivamente: “La insurgencia armada” y pedirá con ella un diálogo patriótico… Aunque mate, secuestre, robe, extorsione o torture.

El perfecto idiota es también —de acuerdo con la definición de Lenin— un idiota útil.

EDADES DEL IDIOTA

A los treinta años, este personaje habrá sufrido una prodigiosa transformación.

El pálido estudiante de la célula o grupúsculo medio clandestino —CEU, CGH, MURO, FEG, etc.— tendrá ahora el aspecto robusto y la personalidad frondosa y desenvuelta de un político profesional.

Habrá tragado polvo en las carreteras y sudado camisas bajo el sol ardiente de las plazas mientras abraza compadres, estrecha manos y saluda incansablemente.

Sus seguidores lo llamarán jefe.

Será un orador copioso y efectista que sufre estremecimientos casi eróticos en el micrófono.

Su éxito residirá en su capacidad de explotar demagógicamente los problemas sociales.

“¿Acaso no hay desempleo, pobreza, falta de escuelas y hospitales?

“¿Acaso no suben los precios mientras los salarios siguen siendo salarios de hambre?

¿Y todo esto por qué?”, preguntará de pronto contenido de oír su voz… “Ustedes lo sabrán”, dirá.

Y seguirá adelante: “Lo sabemos todos porque —y aquí le brotarán agresivas las venas del cuello bajo un puño amenazante— ¡La riqueza está mal distribuida!... ¡Porque los ricos lo tienen todo y los pobres no tienen nada!... ¡Porque a medida que crecen sus privilegios, crece también el hambre del pueblo!”.

De esta manera el perfecto idiota, cuando resuelva hacer carrera política, cosechará votos para hacerse elegir asambleísta, diputado, senador, gobernador, presidente municipal o presidente.

Y así, de discurso en discurso, de balcón en balcón, de plaza en plaza, irá vendiendo —sin mayor esfuerzo— sus ideas, defendiendo siempre el nacionalismo y la soberanía nacional.

“¡Que no se excluya a nadie!”.

EL IDIOTA CUARENTÓN

A los cuarenta años —ya metido en la política— tendrá algún protagonismo dentro de su partido y dispondrá de varias buenas parcelas burocráticas.

Lo único cierto es que los pobres no habrán dejado de ser pobres. Los precios seguirán aumentando… Y los servicios públicos serán tan ineficientes como siempre.

Devaluadas sus propuestas por su inútil reiteración —de ahora en adelante— su fuerza electoral deberá depender esencialmente de su capacidad para distribuir puestos públicos, becas, auxilios o subsidios.

En su partido, en el congreso y en el gobierno, lo acompañan otros políticos del mismo corte y con una trayectoria muy similar a la suya, muchas veces antiguos compañeros de escuela o vecinos de pupitre.

Y ya que ellos también se acercan a la administración pública como abejas a un plato de miel, el gobierno engordará, será ineficiente y sus trámites serán siempre una pesadilla.

El perfecto idiota es necesariamente un clientelista político… Y nunca está solo.

Y la idiotez se propaga —prodigiosamente— como expresión de una subcultura continental, cerrando el camino a la modernidad y el desarrollo.

¿Alguna semejanza con nuestra vida política actual?

Cualquier parecido… es mera coincidencia.

LA CUEVA DEL DELFÍN

No hay de otra: a los políticos idiotas —o sea todos— les encanta ser ineptos… Pero eso sí: ¡con muy buena conciencia!

¡Vientos huracanados!, si no hay guerra nuclear en Ucrania nos veremos por acá el próximo sábado...

Comentarios, quejas y lamentaciones: Facebook Héctor Castillo Berthier / Email Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Pág. www.circovolador.org

Save
Cookies user preferences
We use cookies to ensure you to get the best experience on our website. If you decline the use of cookies, this website may not function as expected.
Accept all
Decline all
Analytics
Tools used to analyze the data to measure the effectiveness of a website and to understand how it works.
Google Analytics
Accept
Decline
Unknown
Unknown
Accept
Decline