*Los reyes gansos
¿Qué le pidió a los Reyes? ¿Ropita? ¿Una bici? ¿Un caballo? ¿Unas pantuflas para que no escuchen sus pasos?... ¿O un perdón a la Secretaría de la Función Pública?
Nomás no me diga que no les pidió nada, porque todos pedimos o recibimos algo. Lo que sea... Aunque no sean buenas noticias.
Los Reyes Gansos (perdón, Magos) existen.
Su mito es una tradición que sigue cautivando la imaginación de los chiquitines. Que sangra dolorosamente, las carteras de los padres de familia… Y que nos llena de mentiras y falacias por parte de nuestros políticos.
Y eso no es cuento.
El que no haya salido a buscar un triciclo el cinco de enero; o no vaya a pagar sus impuestos… ¡Que tire la primera piedra!
Pero como toda “leyenda viviente”, tiene su antes y su ahora.
Por ello, vale la pena rememorar su historia, para acercarnos después al actual Día de Reyes, donde no son tres, sino un solo Rey Ganso.
Partamos de la historia.
LOS REYES ANTIGUOS
Lo primero que hay que decir es que: ni eran magos, ni eran reyes ni eran tres.
Se cree que todos eran procedentes de Babilonia y en aquellos lejanos ayeres, a todos los hombres de ciencia, curanderos, o estudiosos de la astrología se les daba el nombre genérico de “Magos”.
Se dice también que estos famosos Reyes Magos, quizá eran jefes de diferentes tribus nómadas.
Todos ellos eran estudiosos de las escrituras judías y sabían del fenómeno natural que sucedería en el cielo en esas épocas y que formaría una especie de Estrella que (según las escrituras) indicaba el nacimiento del Rey de los Judíos.
Pues bien, esta estrella, conocida como la famosa “Estrella de Belén”, era un fenómeno astronómico que se daba cada miles de años sólo en el oriente y que no es sino una sorpresiva y muy extraña conjunción del Sol, la Luna, Júpiter, Saturno, Venus y Mercurio, lo cual pasó hace más de dos mil años.
Por ello, los sabios de esa época y siguiendo las escrituras, anunciaron este fenómeno, lo cual llegó a los oídos de Herodes (entonces Rey de los Judíos) quien, sin mostrar ningún temor, dijo: “Está bien, indíquenme en donde nacerá el nuevo rey para ir a adorarlo”.
Los sabios intuyeron sus malas intenciones y decidieron tomar rumbos muy distintos y más largos, para confundir a los soldados de Herodes hasta que lograron deshacerse de ellos.
No fue sino hasta la Edad Media (Siglo V al siglo XV) por el año quinientos y tantos, cuando, dentro de la religión cristiana, se decidió formalizar la leyenda y, en vez de todos los sabios que fueron a reunirse bajo el mencionado fenómeno astrológico, se decidió que como forma de representación simbólica se elegirían sólo a tres de ellos.
De ahí surgieron los famosos Reyes Magos, que representaban a las razas humanas conocidas en ese momento por los europeos medievales: la Raza Negra, la Raza Árabe y la Blanca.
Por parte de los negros estaba Baltasar, quien llevaba la Mirra, que es una especie de hierba medicinal, que se quema, se inhala y que significaba la posibilidad de curación del hombre.
Por parte de los blancos pusieron a Melchor, quien portaba el oro –por supuesto-, que significaba el presente digno de un rey.
Y, por último, por los árabes, nombraron a Gaspar, el más joven de todos, quien portaba el incienso, que significa simbólicamente una ofrenda directa hacia Dios por el humo que desprende y porque se eleva al cielo.
Finalmente, el día de celebración de esta leyenda se conoce como La Epifanía que no significa otra cosa que: “La manifestación a todos los hombres de la tierra”.
Alabado sea el señor…
LOS NUEVOS REYES MAGOS
Hoy tenemos otros Reyes Magos.
Muchos de ellos no parecen venir de Babilonia… sino de “Transalvania”.
Y también se les dice “Magos”, porque aparecen y desaparecen lo que quieran de las leyes, incluida la Constitución.
Hoy estos Magos son de diferentes tribus. Unos vienen del pasado. Otros se reciclaron. Otros más cambiaron de uniforme.
Pero hoy todos se protegen bajo la búsqueda de la 4T, que encabeza Morena.
Los nuevos Magos son profundos estudiosos de los presupuestos y saben del fenómeno natural que sucede cada año en el cielo gubernamental, donde se forma una Estrella que, según las leyes que ellos aprueban, indica la llegada del presupuesto nacional.
Pues bien, esta estrella conocida como “La Estrella del Botín”, no es otra cosa que un fenómeno económico que se da año con año, no sólo en México. Ese Botín siempre acarrea un aumento de impuestos… Lo haga quien lo haga.
Pero nos sorprendió a todos que, uno de los nuevos Magos, el dignísimo director de la Comisión Federal de Electricidad, Don Manuel Bartlett, fuera señalado por las enormes propiedades, empresas y negocios que le aparecieron en un reportaje.
Pensémoslo bien: Se trata de un Mago que fue Secretario de Gobernación, de Educación, dos veces senador, gobernador de Puebla y Secretario General del PRI.
En todos esos años (muchos de ellos neoliberales), acumuló una fortuna nada despreciable de unos 800 millones de pesos, con más de 27 bienes.
Según la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval: “No tiene conflicto de interés actual”.
Respeto y quiero mucho a Irma Eréndira… Pero esta no fue una buena decisión.
¿Nunca se sabrá cómo se hizo de esa fortuna?
¿Cuál es el origen de esos bienes?
¿Por qué no se le realizó una Auditoría Preventiva?
¿Por qué la UIF (Unidad de Inteligencia Financiera) no procedió igual que con otros responsables de delitos?
¿O a nadie de la 4T le importa?
Sabemos que es mago y que hace muy buenas magias para lograr su protección actual.
¿Dónde queda la credibilidad del Cambio de Régimen que anunció AMLO?
Con todo respeto, Bartlett no es un político impecable.
A él: “Se le cayó el Sistema” en las elecciones de 1988, como Secretario de Gobernación.
Hoy el Sistema calló para mantenerlo con su magia.
A todos nos conviene conocer la historia del Mago Bartlett.
Disfrute su Rosca de Reyes.
LA CUEVA DEL DELFÍN
Oro, incienso, mirra y miles de negocios... Y si los denuncian: ¡Se hacen rosca!… ¡Que vivan las leyendas!
¡Vientos huracanados!, si no se pasan de rosca conmigo nos veremos por acá el próximo sábado...
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