Al más puro estilo de las escenas de la añeja serie norteamericana Los Intocables, y de las películas igualmente exitosas El Padrino, el gobierno mexicano preparó, asestó y difundió la estruendosa captura del temible capo mexicano Ovidio Guzmán López.
Como se recuerda, esto para los jóvenes, en la primera serie de referencias del cine estadounidense, el gobierno federal, con Eliot Ness a la cabeza, persiguió y capturó al famoso gánster de los años veintes del siglo pasado, por traficar con alcohol, que estaba prohibido, y lo capturó por evasión fiscal.
Pero en esos episodios se veía como Los Intocables llevaban acciones mientras los jefes de las mafias de entonces se divertían en fiestas privadas o eran masacrados por sus rivales en los restaurantes que regenteaban para lavar dinero mal habido.
En las películas El Padrino, filmadas en los años ochenta también del siglo pasado, el gran capo Don Vito Carleone murió siendo todavía el jefe de jefes y su hijo menor heredó el imperio con saña inaudita, con escenas donde aparecía haciendo negocios con sus rivales del hampa o asistiendo a reuniones con políticos en actos oficiales, mientras sus secuaces cumplían las órdenes de matando a quien el gran capo heredero señalaba.
Ahora, en este incipiente 2023, el hijo de quien fuera capo de capos Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, Ovidio Guzmán López, de escasos 33 años, fue recapturado mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador asistía a un evento oficial de conmemoración del Heroico Colegio Militar.
Escena que hizo recordar a los más viejos las escenas de aquellos exitosos filmes que reseñaron lo que ahora todavía prevalece, tráfico de drogas, extorsión de comerciantes y temibles bandas de mafiosos que se capturan cuando el momento lo requiere.