Colocar más elevadores, escaleras eléctricas y rampas con barandal en las estaciones del Metro, así como asignar más asientos reservados y un lugar dentro del vagón para sillas de ruedas, son algunas propuestas del Programa Universitario de Derechos Humanos (PUDH) de la UNAM.

Tras una investigación, la instancia universitaria desarrolló el diagnóstico “Dificultades que enfrentan las personas con movilidad reducida que utilizan el Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México”, en donde plantea medidas para facilitar su acceso y traslado.

Discapacidad motriz, edad avanzada y problemas de sobrepeso u obesidad son algunas situaciones que dificultan el uso del Sistema de Transporte Colectivo (STC), pues la mayoría de sus instalaciones no cumplen con el diseño universal, que busca la construcción de un entorno accesible, desarrollar servicios que puedan ser utilizados por todos los ciudadanos y aporta la máxima autonomía personal posible, explica el PUDH en su estudio.

Además de hacer recorridos por las instalaciones del Metro, se realizaron entrevistas a usuarios con limitaciones motrices, autoridades de instituciones locales y federales, representantes de organizaciones no gubernamentales, especialistas en arquitectura e ingeniería y diputados del Congreso de la Ciudad de México.

Actualmente, la red del Metro (que inició operaciones hace 50 años) transporta al día 5.5 millones de personas; abarca 226.5 kilómetros distribuidos en 12 líneas, con 195 estaciones, de las cuales sólo 76 cuentan con elevadores (179 en total).

Propuestas

Tras la investigación, y para eliminar los obstáculos que enfrentan las personas con movilidad limitada, el PUDH propone:

Hacer un diagnóstico sobre la inaccesibilidad del Metro en cada una de las estaciones y, posteriormente, diseñar un programa de acción a corto, mediano y largo plazos, a fin de garantizar su accesibilidad al 100 por ciento. El programa deberá contemplar la colocación de elevadores, escaleras eléctricas y rampas con barandal en las estaciones que aún no las tengan.

Además, nivelar los vagones con el andén; asignar suficientes asientos reservados para adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con niños en brazos o con discapacidad.

Reservar el último vagón del convoy para personas con movilidad limitada, y ahí mismo asignar un lugar para sillas de ruedas, con su respectivo cinturón de seguridad.

De igual manera, asegurar el mantenimiento periódico y permanente de elevadores, escaleras eléctricas y salvaescaleras, para garantizar su funcionamiento.

En los 25 elevadores que aún cuentan con lector de tarjeta para su acceso, garantizar que siempre haya un operador del Instituto de las Personas con Discapacidad de la Ciudad de México (INDISCAPACIDAD CDMX) o un policía que permita el ingreso a la población con movilidad limitada.

Elaborar una estrategia con visión a 30 años, con presupuestos programados y comprometidos anualmente, con la participación de todas las autoridades competentes, especificando lo que tiene que hacer cada una.

Llevar a cabo operativos permanentes en las estaciones con mayor afluencia para brindar apoyo y orientación a personas con movilidad limitada, así como evitar que sean importunadas por los usuarios.

También, propone hacer sondeos regulares entre los usuarios con movilidad limitada para conocer sus necesidades, y campañas de sensibilización entre los usuarios en general para que respeten los derechos de la población con movilidad limitada.

Asignar un presupuesto especial al STC Metro para realizar, a la brevedad, las adecuaciones necesarias de accesibilidad. Y capacitar al personal de vigilancia para ayudar u orientar a la población con movilidad limitada.

Entrevistas

La directora general del STC Metro, Florencia Serranía, reconoció que existe un problema serio en el traslado de este grupo vulnerable: “Me sorprende la cantidad de gente con problemas de movilidad que viaja todos los días, y que hace un gran esfuerzo para ir de un lugar a otro. En el diseño del Metro no se consideró la accesibilidad para personas con escasa movilidad”.

Por meses, los elevadores estuvieron cerrados y su entrada sujeta a la presentación de una tarjeta especial. Fue hasta principios de septiembre pasado que fueron liberados para ser usados sin necesidad de la tarjeta, con excepción de 25, que aún cuentan con lector.

En estos puntos, integrantes del INDISCAPACIDAD CDMX apoyan a los usuarios con movilidad limitada, pero los elevadores no siempre están abiertos o funcionando.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), en 2018 había cerca de 125 millones de habitantes en México; de ellos, 7.9 millones tenían alguna discapacidad (6.3 por ciento), y 469 mil 579 estaban en la CdMx.

La más común de las discapacidades es la dificultad para caminar, que a nivel nacional representa el 52.7 por ciento, y en esta urbe, el 61.7 por ciento, indicó Edgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográficas del INEGI.

El sobrepeso y obesidad también hacen difíciles los traslados. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, la prevalencia de sobrepeso-obesidad en esta urbe era de 73 por ciento en personas de 20 años o más; 41.5 por ciento en adolescentes; y 32.9 por ciento en niños de cinco a 12 años.

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