Por Guillermo Pimentel Balderas
De acuerdo con diversos estudios, la imagen de la Policía está relacionada directamente con el tema del desempeño, lo cual se asocia con la brecha que se produce entre el aumento de la delincuencia y la capacidad policial para enfrentarla.
Al ciudadano común le interesan los resultados concretos para definir su percepción del desempeño policial. No le interesa saber si el incremento delincuencial está asociado al ritmo de urbanización, a la pérdida de valores, al cierre de oportunidades o al crecimiento acelerado del desempleo. ¡No, para nada!
Al habitante le interesa saber, primero, en materia de seguridad que, puede estar en su casa o caminar tranquilamente por las calles de la colonia o de la ciudad, y que no corre el riesgo de ser robado, asaltado, violado, agredido, herido o muerto.
Tampoco le interesa al ciudadano común saber si su seguridad depende del policía de prevención o del policía de investigación o de una llamada al 911, y tampoco se preocupa por averiguar los lazos que unen al policía con el fiscal o el juez para garantizar su seguridad.
Lo que le interesa es saber que el policía, que la corporación, que la autoridad, que el funcionario, están para protegerlo, no solo en la calle sino también en su hogar, que le van a garantizar su seguridad.
Pues en esta ocasión, no sucedió así, hay personas, familias que son agredidas, verbal o físicamente, por sujetos, conocidos o no conocidos, que están en posible estado inconveniente, y se los encuentra uno en la calle o se paran en frente del domicilio de la víctima y son violentados; entonces, se le llama al 911 y… nunca llegan.
Caso concreto en la colonia Agrícola Pantitlán, en la privada Elizarrarás, en la alcaldía Iztacalco, donde un sujeto en posible estado inconveniente (por alcohol o drogas) vocifero con mucha violencia que a punto estuvo de agredir físicamente a tres mujeres (mi esposa e hijas).
Una de mis nietas, de inmediato, habló, hasta en tres ocasiones, al 911; le preguntaron el motivo…, lo dijo… le preguntaron como iba vestido el sujeto…, lo dijo… y, respondieron: “En 10 minutos llega una patrulla”. Pero… ¡Vaya irresponsabilidad! ¡Nunca llegaron!... Por fortuna un vecino se percató de las agresiones verbales (afortunadamente no llegaron a las físicas) y obligó al tipo a retirarse, por las malas.
Sin embargo, este sujeto –ex compañero de trabajo de una de mis hijas- insistió y regreso solo para romper un vidrio de una ventana. Sin consecuencias mayores.
Me aconsejaron acudir al Ministerio Público, pero… ante la desconfianza en estos lugares, y conociendo que en muchas ocasiones la victimas sale como victimario… mejor decidimos protegernos con el apoyo de los vecinos.
Cabe señalar que, además de este caso, no es la primera vez que se pide el auxilio por l 911, sin resultado alguno. Ya en otras ocasiones ha sucedió que hay grupos de jóvenes y adultos, y en ocasiones de damas, que consumen bebidas embriagantes y ponen música en alto volumen por las madrugadas. En esta misma privada. También, han asaltado a jovencitas y les quitan el celular (a pie) y vándalos en motocicleta. Han asaltado una tienda y se robaron un auto.
Desafortunadamente, esto se va generalizando en toda la ciudad México.
Por lo tanto, vecinos de Elizarrarás hacemos un atento llamado al alcalde de Iztacalco, Armando Quintero Martínez y al jefe de la policía en este lugar, para que no le pueda pasar lo mismo a otro residente que, podría tener consecuencias que lamentar.
Llamadas falsas al 911
Estamos conscientes de que han ocurrido millones de llamadas falsas al 911, pero… porque habla pidiendo auxilio una jovencita y no una persona adulta ¿No le hace caso? Fue en tres ocasiones alrededor de las 3 de la tarde.
Una pregunta, ¿se podrá registrar esta ineptitud policial capitalina y posiblemente otras más? O será que ¿habrá que solicitarlo al Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, quien –en Junio, 2017- advirtió que, a pesar de las acciones realizadas para fomentar una cultura de respeto a los servicios de emergencia, el porcentaje de llamadas falsas o de broma al 911 sigue siendo preocupante?
En su investigación –según el reporte periodístico- “Llamadas falsas a los números telefónicos de emergencia”, el IBD resaltó que, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2017 se recibieron un total de 112 millones 460 mil 767 llamadas, de las cuales el 87.6 por ciento (más de 98 millones) fueron consideradas improcedentes.
Según, esto implica que siete de cada ocho llamadas realizadas al 911 fueron de broma, falsas o situaciones que no correspondían a una emergencia, por lo que destacó la importancia de fortalecer la cultura social de un uso correcto de este número de emergencia.
Y, la otra pregunta, ¿se podrá también fortalecer la cultura administrativa, de responsabilidad y de profesionalismo de la policía en el 911, de un uso correcto en la atención oportuna de auxilio por parte de la ciudadanía?
Digo es una pregunta…
O, será, ¿Justos por pecadores?