Los cortes de agua del 31 de octubre al 3 de noviembre en la Ciudad de México (CDMX) y el Estado de México se deberán al cambio que se hará de un tubo de acero que sale de la planta Los Berros y que lleva el agua a los grandes sistemas de distribución de Toluca y la CDMX, el cual no ha recibido mantenimiento desde hace 40 años y presenta fisuras. El tubo es una muestra pequeña de todo el sistema hidráulico de la Zona Metropolitana que requiere atención inmediata.

En conferencia de prensa en el auditorio Dr. Fernando Ocaranza de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los especialistas adscritos a la máxima casa de estudios Ana Rosa Moreno, de dicha facultad, y Manuel Perló Cohen, del Instituto de Investigaciones Sociales e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), hablaron de los retos que enfrenta este complejo sistema de abastecimiento del cual dependen más de 20 millones de personas.

Perló Cohen consideró que el problema más importante y que se tiene que analizar con una visión a largo plazo es la atención de las fugas de agua, ya que en el sistema de distribución se pierde hasta 40% del total. “Perdemos más agua en fugas que la que extraemos del Sistema Cutzamala, unos 22 metros cúbicos por segundo (m³/s) se pierden y traemos 15 m³/s del Cutzamala, es dramática la pérdida”.

Trabajar de manera sistemática en la reducción de fugas

El doctor en planeación urbano-regional indicó que hay experiencia internacional que hace posible la reducción de fugas. Estambul, la ciudad más poblada de Turquía, redujo sus pérdidas en 50% y Tokio, la capital de Japón, que tenía fugas de 20%, hoy en día registra 5%. “Si en la Ciudad de México logramos reducir fugas en 50% tendríamos 10 m³ disponibles más, así podríamos reducir la extracción en pozos y acuíferos”.

Ante los cortes de agua que se avecinan, es propicio reflexionar sobre el esfuerzo y costo que se realiza para contar con agua potable todos los días y exigir a las autoridades que implementen de manera progresiva un sistema más sustentable que el que se tiene hoy en día, expuso Perló Cohen.

“Tenemos un sistema de abastecimiento que ha dependido mucho de fuentes externas, que se inició en el siglo pasado con la idea de disminuir la explotación de los acuíferos de la ciudad. Nuestros depósitos de agua son extraordinarios, pero por cada litro que devolvemos al sistema sacamos dos, hay una sobreexplotación de 100%. Se vio como solución traer agua de las cuencas del Lerma y Cutzamala, mas no ha sido suficiente para disminuir la sobreexplotación”, añadió el especialista.

Sin embargo, el investigador apuntó que se está lejos de casos extremos como la escasez de agua en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, ya que México cuenta con abundantes recursos hídricos, pero subrayó que el problema es que están mal utilizados, mal manejados y no están vistos con una visión a mediano y largo plazo.

El integrante de la AMC indicó que la política del agua tiene que ser integral y abarcar aspectos de abastecimiento de agua, tratamiento de aguas residuales, tarifas de mantenimiento del sistema, ya que “muchas veces el problema en la gestión del agua es que se hace separadamente: hay un organismo que da el agua, otro que recibe y distribuye y otro que la extrae, tendríamos que integrar los ciclos del agua y gestionarlos en forma completa”.

Además de trabajar en temas como la captación y almacenamiento de agua de lluvia y reinyectar agua a los acuíferos de la Ciudad de México con la misma agua de lluvia debidamente controlada, monitoreada y desinfectada para no tener que depender de la importación del recurso hídrico de los estados de Michoacán y Estado de México —donde se encuentra el Sistema Cutzamala con 10 mil 600 kilómetros de extensión y 14 municipios con un aumento demográfico considerable que demanda agua para desempeñar sus actividades—.

El promedio del caudal total de 2006 a 2012 fue de casi 14 mil 580 litros por segundo, de los cuales se fueron 5.5 m³ al Edomex y 9.03 m³ a la CDMX, y aunque aumente la demanda por el crecimiento poblacional, no ocurre lo mismo con el agua, cuyo volumen es fijo.

Los efectos del cambio climático ocasionarán una posible disminución en la captación de las presas entre 10 y 17%. “Vamos a tener menos agua además de las obras de mantenimiento que son necesarias y se tienen que hacer”, sostuvo Manuel Perló.

Subsidios

Otro aspecto relacionado con la problemática es que el sistema opera con grandes pérdidas y subsidios. El costo anual es de 7 692 millones de pesos, pero se recaudan 2 200 millones de pesos. La consecuencia de este déficit es que no se dan los suficientes recursos para el mantenimiento del sistema. Perló Cohen estimó que se deberían invertir al menos 3 000 millones de pesos al año para que su funcionamiento sea el correcto.

El precio que cada persona debería pagar varía, dependiendo de donde venga el recurso hídrico —de pozo, de Chiconautla o distintos subsistemas, algunos superficiales, otros subterráneos—, pero el agua más costosa es la del Sistema Cutzamala, con un precio de 20.00 pesos el m³ aproximadamente, pero el costo al usuario es de 8.00 pesos. El subsidio es de más del 100% de su precio real.

Acceso a agua limpia para la salud

En la conferencia titulada “Escasez de agua en la Ciudad de México: problemática y recomendaciones para afrontar el desabasto”, Ana Rosa Moreno, de la Facultad de Medicina de la UNAM, habló de la importancia de contar con agua salubre para la salud humana. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud más de la mitad de las muertes de la primera infancia tienen como causa los gérmenes que se transmiten ya sea por la ingesta de alimentos, manos sucias o agua contaminada.

“Se calcula que 88% de los casos de diarrea es por agua contaminada y siempre, los más vulnerables son los bebés, particularmente los menores de un año. Las fuentes de contaminación más frecuentes son excretas de origen humano o animal”, comentó la consultora de dicha organización en temas de salud ambiental, cambio climático y comunicación de riesgos.

De la población que recibe el agua del Sistema Cutzamala y Lerma, 80% no tiene drenaje, lo que aumenta la probabilidad de aparición de contaminantes en el recurso que consume. Se ha documentado aparición de elementos emergentes como antibióticos, broncodilatadores y otros fármacos que provienen de las cargas residuales que son eliminados en las plantas de tratamiento.

También existen enfermedades que provienen de la proliferación de mosquitos u otros gérmenes, por ejemplo, encharcamientos, pantanos y recipientes que no se tapan. Estos animales pueden ser portadores de paludismo, dengue, chikungunya y zika. Y aunque ya se ha mencionado muchas veces, estas enfermedades pueden evitarse con acciones tales como hervir, filtrar y usar cloro para el agua de consumo humano.

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