Según los pronósticos económicos para el último trimestre de 2019 y el segundo de 2020, la desaceleración global continuará y se producirá una recesión económica en la mayoría de los países occidentales, incluido México, advirtieron expertos de la UNAM.

Óscar Ugarteche y Armando Negrete, del Observatorio Económico de América Latina (ObELA), del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), indicaron que de acuerdo con el reciente informe del ObELA (para el siguiente semestre y año) la economía estadounidense arrastra tasas decrecientes desde el segundo trimestre de 2018, y esa tendencia continuará.

En conferencia de medios, Ugarteche destacó que la tasa de rendimiento de los bonos del tesoro en Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania y México se ha invertido, lo cual reafirma los temores de una posible recesión mundial.

En cuanto a las perspectivas para la Unión Europea, detalló que al concluir 2019, Alemania tendrá una tasa de crecimiento cercana a 0.5 por ciento, en lugar del 1.5 por ciento pronosticado en enero de este año.

Los expertos universitarios afirmaron que la economía mundial está estancada, con tendencia a la baja. No hay esperanza de una pronta recuperación; la disminución de la tasa de interés es señal de que las finanzas están estancadas y que la rentabilidad de las empresas va a la baja, por lo que se puede anticipar que, en un momento no lejano, la bolsa estadounidense tenga problemas serios.

Armando Negrete señaló que la guerra comercial entre la Unión Americana y China, desde enero de 2018, demuestra la debilidad de la economía estadounidense.

El caso Huawei, dijo, es la expresión de una batalla tecnológica que inició EU contra un desarrollo chino de comunicación de vanguardia, y que aún no concluye. “Esta guerra la ganó Huawei, aunque la solución ha sido el hostigamiento político, la persecución diplomática y el bloqueo comercial que viola las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.

Los universitarios subrayaron que ante la posibilidad de recesión económica global, una de las consecuencias inmediatas sería la desaceleración de la economía mexicana, “que vendría encima de la que llegó durante el primer semestre de 2019; impactaría la capacidad exportadora del país y posiblemente se refleje en el tipo de cambio, con posibilidad de que los inversionistas abandonen el país o inviertan en menor cantidad”.

Además, el problema migratorio podría acentuarse porque en la medida que Estados Unidos decrezca económicamente, las presiones sobre el empleo serán progresivamente mayores.

Armando Negrete acotó que los efectos para los mexicanos se verían reflejados en una menor capacidad de consumo y el incremento de los precios de todos los productos, no sólo los de importación, y un deterioro de los salarios. “Nuestra capacidad de consumo disminuirá, lo mismo que el ritmo de producción, y el empleo no aumentará”.

Para hacer frente a la recesión global, ambos especialistas recomendaron aumentar el salario mínimo en México –donde hay un acumulado de pérdida de 15 por ciento en los últimos seis años–, lo que podría reactivar la capacidad productiva y, en el corto plazo, estabilizar el problema generado por el recorte del gasto público.

Sobre la diversificación de los socios comerciales, señalaron que “este proceso se complica con el nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, donde una de sus cláusulas limita la firma de nuevos acuerdos con economías de mercado, léase China”.

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