La noticia que dio a conocer este martes la calificadora Fitch Ratings al anunciar que degradó de BBB+ a BBB- las calificaciones predeterminadas de emisoras en moneda local y extranjera a largo plazo de Petróleos Mexicanos (Pemex), así como sus calificaciones a largo plazo que pasa de AAA a AA, motivó que voceros de la empresa reaccionaran con preocupación.
En su página de internet, la calificadora explicó que la baja en las calificaciones de Pemex refleja el deterioro continuo del perfil crediticio individual y la baja a ‘CCC’ desde su anterior calificación de ‘B-’, como resultado de una generación negativa persistente de flujo de fondos libre junto con una subinversión en exploración y producción.
Pero, además, Fitch sostiene que la compañía mexicana reporta un flujo de fondos libre negativo de entre 3 mil millones de dólares y 4 mil millones de dólares para 2018 y 2019.
Añadió que este déficit en flujo de efectivo está subestimado y sería significativamente mayor de entre 12 mil millones y 17 mil millones de dólares por año, incluye aproximadamente entre 9 mil millones y 14 mil millones de dólares anuales de inversión adicional, que es el monto que Fitch considera que se debería de invertir para reponer reservas.
La agencia considera que este monto de inversión es suficiente para detener la caída anual de producción si es eficientemente invertido y espera que Pemex reporte una razón de deuda total a reservas probadas de aproximadamente 15 dólares de deuda por barril para el año 2018.
De igual forma, la calificadora señala que el respaldo del Gobierno mexicano hacia Pemex es moderado y se ha evidenciado por aportaciones modestas de capital, apoyo en obligaciones por pensiones y reducciones impositivas marginales.
Este soporte ha sido hasta el momento moderado, especialmente al compararlo con el nivel de transferencias que realiza la compañía al gobierno, precisa Fitch y espera que el gobierno mexicano ejecute acciones de apoyo más significativas cuando Pemex así lo requiera. Como se sabe, en el presupuesto para 2019 el gobierno mexicano anunció inyecciones de capital para Pemex por 25 mil millones de pesos, lo que compara desfavorablemente con los ingresos de 520 mil millones de pesos por petróleo que el gobierno presupuesta para 2019.