(Del Banco Mundial para Grilla en el Poder).- CIUDAD DE WASHINGTON. Según la edición más reciente del informe Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos) del Banco Mundial, se prevé que este año el ritmo de descenso de los precios de los productos básicos a nivel mundial será el más acelerado desde el inicio de la pandemia de COVID-19, lo que empaña las perspectivas de crecimiento de casi dos tercios de las economías en desarrollo que dependen de las exportaciones de ese tipo de productos.
No obstante, se estima que la caída de los precios no brindará demasiado alivio a los casi 350 millones de personas de todo el mundo que sufren inseguridad alimentaria. Si bien se prevé que los precios de los alimentos caerán un 8 % en 2023, serán los segundos más altos desde 1975.
Además, desde febrero de este año, la inflación anual de los precios de los alimentos se ubica en un 20 % en todo el mundo, el porcentaje más alto de las últimas dos décadas.
“El alza de los precios de los alimentos y de la energía luego de la invasión de Rusia a Ucrania pudo superarse, en gran medida, gracias a la desaceleración del crecimiento económico, a un invierno moderado y a las reasignaciones en el comercio de productos básicos”, afirmó Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior de Economía del Desarrollo del Banco Mundial.
“Sin embargo, esto es poco consuelo para los consumidores de muchos países. En términos reales, los precios de los alimentos seguirán manteniéndose en uno de los niveles más altos de las últimas cinco décadas. Los Gobiernos deben evitar aplicar restricciones comerciales y proteger a sus ciudadanos más pobres mediante programas de apoyo a los ingresos, en lugar de establecer controles de precios”.
En general, se prevé que, en 2023, los precios de los productos básicos disminuirán un 21 % respecto del año pasado. Según las proyecciones, los precios de la energía caerán un 26 % y el precio del petróleo crudo alcanzará un promedio de USD 84 el barril, un 16 % menos que el promedio de 2022. Se prevé que los precios del gas natural de Europa y Estados Unidos se reducirán a la mitad entre 2022 y 2023, mientras que los del carbón disminuirán un 42 % en 2023. Asimismo, según las proyecciones, los precios de los fertilizantes caerán un 37 %, lo que representa la mayor baja anual desde 1974. Sin embargo, todavía se mantienen cercanos a su último máximo observado durante la crisis de los alimentos de 2008-09.
Ayhan Kose, economista en jefe adjunto y director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial, manifestó: “La caída de los precios de los productos básicos del año pasado ha ayudado a reducir la inflación general en todo el mundo.
Sin embargo, las autoridades de los bancos centrales deben mantenerse atentas, ya que una amplia variedad de factores, como una oferta de petróleo inferior a la prevista, una recuperación de China más centrada en los productos básicos, una intensificación de las tensiones geopolíticas o condiciones climáticas desfavorables, podrían impulsar los precios al alza y reavivar las presiones inflacionarias”.
A pesar de las notables caídas que se prevén este año, los precios de todos los grupos de productos básicos importantes continuarán muy por encima de sus niveles promedio del período 2015-19. Los precios del gas natural de Europa rondarán casi el triple del promedio obtenido en dicho período. Por su parte, los precios de la energía y del carbón también se mantendrán por encima del promedio anterior a la pandemia.
“Se estima que los precios de los metales, que experimentaron un ligero aumento a principio de año, caerán un 8 % respecto del año pasado, principalmente, debido a la escasa demanda mundial y a la mejora en los insumos”, aseveró Valerie Mercer-Blackman, economista principal del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial. “No obstante, a más largo plazo, la transición energética podría generar un aumento significativo de la demanda de algunos metales, en especial, litio, cobre y níquel”.
En una sección de temas destacados del informe se evalúa el desempeño de una amplia variedad de enfoques utilizados para proyectar los precios de siete productos básicos industriales (petróleo y seis metales). Una de las conclusiones del estudio es que los precios de futuros, muy utilizados para proyectar precios, suelen generar importantes errores en las proyecciones.
Los modelos econométricos basados en múltiples variables independientes tienden a obtener mejores resultados que otros enfoques y que los precios de futuros. En el análisis se indica que aumentar los enfoques de proyección basados en modelos (incorporando la dinámica de los precios de los productos básicos a lo largo del tiempo y controlando otros factores económicos) mejora la precisión de las proyecciones.