México es y seguirá siendo una nación prioritaria para Quebec, pues su relación económica ha sido favorable al libre comercio al registrar, en 2017, un intercambio de seis mil 500 millones de dólares, aseguró Stéphanie Allard-Gomez, delegada general de esa provincia canadiense en nuestro país. Además, dijo, en 2018 México fue el tercer socio económico de la provincia.
Quebec –abundó- ha sido favorable al libre comercio y al carácter trilateral del acuerdo de América del Norte. De 1993 a 2017 el intercambio comercial con México tuvo un crecimiento promedio de más de 8.8 por ciento al año. Pasamos de mil millones a seis mil 500 millones de dólares en ese periodo y se consolidó como el intercambio comercial “más grande que el que tiene con todos los países de América Latina”.
Al participar en el Coloquio Internacional ¿Integración o desintegración en América del Norte? Tendencias Recientes de la Economía Mundial, organizado por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, la representante canadiense señaló que este año será trascendente para saber qué pasará con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y cómo se concluirá el proceso de integración o desintegración de la región.
La dinámica de las relaciones las relaciones con México son muy dinámicas, los estados prioritarios son Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Nuevo León y Ciudad de México, y en casi 40 años se han firmado 19 acuerdos intergubernamentales en materia de educación, cultura y arte, el cuidado del medio ambiente, comercio, ciencia y tecnología, recordó Allard-Gómez.
Explicó que en Quebec se desarrolla una nueva política exterior y que un indicativo favorable es la visita realizada a México de su ministra de Relaciones Internacionales, Nadine Girault, el mes pasado, en el inicio de su mandato.
Precisó que derivado de las elecciones del año pasado en esa provincia y en México, se conformaron gobiernos muy diferentes a los anteriores. En México, con nuevas prioridades y maneras de ver las relaciones internacionales y el desarrollo social y económico, y en Quebec, con un enfoque económico y una manera de ver la acción internacional distinta a la del pasado, dijo.
La funcionaria indicó que el sector transporte representa la mitad del comercio entre ambas partes: autos, piezas aeroespaciales, helicópteros, aluminio, acero y piezas automotrices son los principales productos que se importan y exportan.
Además, desde 1982, a través del Grupo de Trabajo Quebec-México, se realizaron alrededor de 275 proyectos de colaboración en campos de innovación, investigación, cultura y educación.
La provincia cuenta con 32 representaciones en 18 países, incluidas ocho delegaciones generales; la de México, establecida en 1980, es la tercera más grande en el mundo, sólo después de Nueva York y París.
Quebec, recordó, es la más extensa de las 10 provincias de Canadá; geográficamente contiene una cantidad importante de recursos naturales, como el tres por ciento de la reserva de agua dulce o dos por ciento de los bosques del mundo; en ese territorio la temperatura puede variar más de 60 grados en un año, de menos 30 grados centígrados, a 35 grados.
Con un pasado colonial francés e inglés, hoy ese territorio cuenta con 8.4 millones de habitantes y recibe cada año a alrededor de 50 mil inmigrantes de todas partes del mundo. Su capital, Quebec, es la única ciudad fortificada de América del Norte, en tanto que Montreal es la metrópoli de la provincia, un centro multicultural de 3.8 millones de habitantes, la urbe francófona más grande del mundo. Además, es reconocida por la calidad de sus 17 universidades.
Tiene una economía diversificada que aporta 19 por ciento a la economía de Canadá, y una tasa de desempleo de 5.4 por ciento, casi de “pleno empleo”. Pero su gran desafío para los próximos años será el envejecimiento de la población y la necesidad de contar con trabajadores calificados para satisfacer el mercado laboral, reconoció Stéphanie Allard-Gomez.
En la inauguración del coloquio, Graciela Martínez-Zalce Sánchez, directora del CISAN, señaló que la pregunta ¿integración o desintegración en América del Norte? es provocadora y tiene que ver con la concepción de esta parte del continente como un espacio regional, que probablemente comenzó siendo artificial e impulsado por los gobiernos, pero que después de dos décadas sí se ha logrado.
“Es importante considerar no sólo los aspectos políticos y comerciales presentes en la reflexión sobre la ratificación o no del T-MEC, sino que al pensar en la zona desde un punto de vista constructivista, debemos tener en cuenta que las regiones se forman por la intensificación de la migración, de los intercambios académicos y culturales, así como de los que han abierto las industrias, como la relacionada con el turismo.
“No hay que olvidar que el espacio es ese lugar donde los seres humanos se relacionan y llevan a cabo actividades conjuntas”, concluyó la universitaria.