Por Violeta Contreras García

En un artículo publicado en Scientific American, una revista estadounidense de divulgación científica, David Robert Grimes ―investigador del cáncer y ganador del Premio John Maddox― refuta las teorías que vinculan a 5G con efectos nocivos a la salud, como el cáncer y otras enfermedades.

El especialista sostiene que la propaganda contra la tecnología de quinta generación carece de argumentos sólidos y “revela una ignorancia alarmante”.

Una gran cantidad de estudios científicos han encontrado que la radiación de radiofrecuencia no tiene ningún efecto perjudicial en la salud humana, señala Grimes. Como evidencia, el análisis Interphone, en el que participaron 13 países, concluyó que no había correlación entre el uso de teléfonos y la aparición de tumores cerebrales comunes como el glioblastoma y el meningioma.

Además, el autor del texto explica que 5G produce radiación no ionizante, que es miles de veces menos enérgica que la luz visible y, por lo tanto, no es capaz de dañar el ADN ni matar moléculas. “La luz visible más débil es más de 17 mil veces más enérgica que el fotón 5G de mayor energía posible. Si fueran consistentes, los activistas anti-5G deberían estar mucho más preocupados por las bombillas que los teléfonos celulares”, destaca.

El consenso científico, incluyendo el respaldo de la Organización Mundial de la Salud, indica que no existen pruebas válidas de que 5G y las tecnologías móviles generen adversos en la salud. Aquellos informes que advierten lo contrario, hasta ahora han demostrado ser de baja calidad y estar mal controlados, puntualiza Grimes.

Otro análisis de la IEEE ComSoc, una de las sociedades más importantes del Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, coincide en que son incorrectas las acusaciones contra 5G. El estudio hace hincapié en que la nueva tecnología no ocasiona pandemias, una idea equívoca que ha ganado difusión en los últimos meses en medio de la propagación de Covid-19: hay muchos países que aún no introducen 5G y están lidiando con la crisis sanitaria.

“Las narrativas espantosas pueden tener más encanto que hallazgos científicos menos sensacionales, pero no son inofensivas. Sólo hay que mirar al alarmante renacimiento de las enfermedades que una vez fueron conquistadas, impulsadas por la desinformación antivacuna en línea: el costo humano cuando la superstición y la mendacidad superan a la ciencia”, escribe David Grimes.

Con su artículo, el experto no sólo se dirige a los ciudadanos en general y a los activistas que protestan en varias partes contra la implementación de redes 5G, sino que también señala que “los científicos ciertamente no son inmunes” a la desinformación. Especialmente, la publicación de Grimes es una respuesta a otro texto de Joel M. Moskowitz, que se desempeña en la Universidad de California, titulado No tenemos ninguna razón para creer que 5G es seguro.

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