Las 10 más falsas que pueden ser letales
Por Gabriel Lerner
Nos dicen que estamos confrontando tres crisis: el coronavirus, la depresión económica y los cambios sociales que se avecinan, pero hay otra, la cuarta, que no es menos peligrosa.
No mata directamente como mataría una ametralladora, o el virus, ni nos hace pobres. Pero sí sacude los cimientos del tejido social, en Estados Unidos y el mundo, con gravísimas consecuencias si no hacemos algo para contrarrestarlo.
Un problema gravísimo
Se trata de las noticias falsas. Los fake news sobre el coronavirus que proliferan y que son, más que nunca, un arma de combate político. Hasta Naciones Unidas lo define como uno de los principales problemas del momento.
Mucha buena gente las difunde. ¿Por qué? Porque lo vio en Facebook, porque no difiere entre fuentes fehacientes y falsas, porque le llama poderosamente la atención, porque está convencida de que algo, algo importante, están ocultando. Y porque quiere ayudar a su familia y amigos con ese descubrimiento…
Pero precisamente el hecho de que nos llega de un amigo o un pariente a quien queremos y extrañamos legitimiza la información y la replicamos. Así crece.
Los fake news también crecen porque las distintas fuentes de desinformación se copian unas a las otras. Es decir, una comienza con una barbaridad falsa y la otra lo toma como hecho y de ahí llega a más conclusiones, todas también falsas.
La dimensión de las noticias falsas en estos días no tiene precedentes en la historia:
“Estamos presenciando la emergencia de la teoría de la meta-conspiración”, dice Carl Miller del Centro para el Análisis de los Medios Sociales en Londres. Da el ejemplo de otras campañas de desinformación y difusión de mentiras, como las teorías de QAnon, la negación de lo sucedido en las Torres Gemelas el 11 de septiembre y otros. “Creo que lo actual va mucho más allá de lo que hemos visto hasta ahora, en cuanto al volumen y a su viralidad en los medios sociales”.
Se difunden en WhatsApp, Facebook, Twitter, Instagram. Prácticamente en todos, y todos ellos luchan para obtener algún tipo de control sobre el flujo de desinformación. O al menos, para crear la sensación de que están luchando para obtener ese control.
¿Quiénes son? Los promueven sitios específicos como InfoWars, RT y una miríada de otros, pequeños y dedicados obstinadamente a ello. Wikipedia tiene una lista de sitios que promueven noticias falsas aquí.
El peligro: que en respuesta a la difusión de tanta mentira se censure el contenido de internet, lo que está sucediendo ya en varios países.
La estrategia, los objetivos
Estos son los contornos de la epidemia de noticias falsas; esta es la base de su estrategia. Consecuencias: que la gente no sabe distinguir entre verdades y mentiras. Que el caos se generaliza y que la confrontación interna llega a niveles aún más alarmantes. Sí, porque azuzan la hostilidad contra quien piensa lo contrario. Especialmente, contra quien se opone a Trump. O contra minorías.
Pero también están quienes, perteneciendo al campamento de la extrema derecha y admiradores del presidente, también quieren vender un producto. Como veremos, un remedio milagroso que cura no solo el coronavirus sino también el sida. Todo lo cual tiene el potencial no solamente de confundirnos, sino también de enfermarnos.
Entonces, es difícil saber qué es verdad y qué engaño, cuando hay gente inteligente y educada que cree que se puede lavar el coronavirus con un vaso de agua tibia cada 20 minutos. O, especialmente cuando hay un presidente dedicado a difundir información falsa durante eventos de prensa oficiales.
Consecuencia: no creemos a nadie y vivimos en la alarma. Quizás sea por eso que con una mano compramos armas y con la otra, papel higiénico. Freud tendría mucho que decir al respecto.
Y esto, para consolarnos, sucede en todas partes. No solamente en Estados Unidos. Los “fake news” hasta pueden ser más malvados en otros países, con menos tradición periodística y educación a la democracia. Vienen a la mente los ejemplos de la India y de Irak.
Falsa información difundida en Irak a nombre de UNICEF.
A continuación, algunas de las más indignantes falsedades difundidas en estos días.
- Que lo fabricaron los chinos
Esta información falsa sugiere que el coronavirus fue inventado en un laboratorio chino de donde “huyó”. O que lo sustrajeron de un laboratorio canadiense y de ahí lo enviaron a la provincia de Hunan, donde se declaró por primera vez consecuencia de un contagio en un mercado, posiblemente a partir de murciélagos. Canadá, claro, lo niega.
Y esta misma semana, las agencias de inteligencia de Estados Unidos, en un paso extraordinario, dieron a conocer un comunicado según el cual creían que el virus surgió “naturalmente”, pero que van a investigar la versión del laboratorio secreto. ¿Por qué? Porque la avanzó Trump luego de que la inventó o la vio en alguno de sus sitios favoritos, porque lo contradijeron y porque no puede aguantar que lo “humillen” diciendo que se ha equivocado.
El mismo cuento chino surge en un sitio relacionado con el exasesor de la Casa Blanca Steve Bannon. Se trata de “G News”, parte del conglomerado G Media, fundado por el multimillonario chino Guo Wengui, que huyó de su país en 2014 por acusaciones de soborno, lavado de dinero y fraude.
Las falsedades llegan a afirmar que China oculta la situación real porque han muerto dos millones de chinos en las cuatro semanas de la pandemia.
Hace un par de semanas, un grupo de China que publica un diario en inglés con inmenso gasto publicitario, dijo que el gobierno chino está a punto de confesar que “cocinó” el virus en un laboratorio. La fuente – G News – ya no existe, pero como nada se pierde en Internet aquí está la página: https://archive.ph/6TdBe
El concepto fue recogido por el senador Ted Cruz y Tom Cotton y amplificado, como parte de una agenda de política exterior de confrontación global.
Otra versión: que el virus comenzó a expandirse después de que dos mujeres chinas comieran en público un murciélago para este video de YouTube:
Claro que la contraparte es que medios chinos acusan a EEUU de haber iniciado el virus.
En esta carrera no se salva nadie. Fue el portavoz de la cancillería china Zhao Lijian quien promovió la idea de que, precisamente, el COVID-19 se originó… en Estados Unidos.
- Que se contagia por redes móviles 5G
Para empezar: los virus no pueden viajar a través de ondas de radio o redes móviles. Y el COVID-19 se ha expandido en muchos países que carecen totalmente de una red 5G. Pero eso no impide que alguien reclame que se contagia a través de esas instalaciones, con el resultado de ataques vandálicos y destrozo de propiedad.
Así se afirma en la cuenta de Twitter Parents for Healthcare Rights el 12 de marzo. Subsecuentemente, la cuenta es borrada. Pero la publicación alcanzó a tener 357,000 vistas y 1,200 comentarios.
Esta farsa pretende que las ondas 5G debilitan el sistema inmunológico, también que la pandemia se inventó para cubrir el impacto nocivo para la salud de 5G y finalmente, que acelera la transmisión del virus.
Lamentablemente cuenta con apoyo de personajes de Hollywood como Woody Harrelson y John Cusack.
- Que el Dr. Trump sabe mejor que nadie
Esto es parte de los “fake news” promovidos antes millones de televidentes o en su cuenta de Twitter por el presidente de Estados Unidos Donald Trump. No importa que el uso incorrecto de la hydroxychloroquina puede causar terribles efectos secundarios, y hasta la muerte. La respuesta de Trump a la crítica: ¿qué tienes que perder? Mucho.
Además, Trump recomendó públicamente ingerir desinfectante como Lisol o Clorox. O hallar una manera de introducirlo. Las declaraciones están en el minuto 1:50.
Las recomendaciones del presidente alarmaron a la comunidad médica, a los fabricantes de los productos y hasta a Naciones Unidas, que pidió “bajo ninguna circunstancia introduzca lavandina u otro desinfectante a su cuerpo”.
Otra ocurrencia de Trump: Cuando llegue el calor el coronavirus va a desaparecer “como un milagro”. Lamentablemente, no es cierto: el virus se puede transmitir en áreas de clima caluroso y húmedo.
- Que la luz ultravioleta cura
El presidente recomendó aplicar luz ultravioleta, de alguna manera, dentro del cuerpo. lámparas. Lo que, obviamente, llevó a este video profesionalmente hecho pero falso en sus conclusiones.
Para aclarar, las lámparas que emiten luz ultra-violeta (UV) no deben ser utilizadas para desinfectar las manos u otras partes de la piel. La radiación puede irritar la dermis y causar daños irreparables a los ojos.
Por lo menos, la parte liviana del internet reaccionó a las declaraciones así con buen humor.
- Que el Ibuprofeno agrava
Otra noción difundida fue que Ibuprofeno exacerba la enfermedad. Falso, declara la Organización Mundial de la Salud. No ha habido ningún estudio sobre la influencia de esta medicina sobre el COVID-19. Solo que el ibuprofeno no es recomendado para tratar una condición viral. No de ahora: de antes.
Numerosas empresas salieron al mercado con productos que, afirman, curan o previenen el COVID-19, desde Vitamina C a Zinc a productos más exóticos. Pero lamentablemente, no existen en este momento drogas que tengan una licencia para tratar o prevenir el COVID-19. Bajo presión política el asesor médico del presidente, Dr. Anthony Fauci, dijo que el remdisivir, usado como antiviral, reduce de 13 a 10 días el período de recuperación de los enfermos grave.
- Que ya se vienen los militares
En varios países como Italia, Canadá, Estados Unidos, surgió la alarma: las fuerzas armadas están siendo movilizadas para ocupar el país, o para deponer al régimen, o para combatir las protestas. Solo que son movimientos de tropas de hace años, o fotos que muestran otro lugar.
- Que los leones convencen.
Dijeron que Rusia había puesto en libertad 500 leones en las ciudades para obligar a la gente a quedarse en su casa. El autor inicial de la patraña se tomó la molestia de usar un sofisticado equipo gráfico para superponer de manera perfecta a los felinos con las calles de una ciudad (rusa) desierta.
Otras patrañas desde Rusia: la idea de que en la paz como en la guerra la desinformación sigue siendo un pilar de la política exterior rusa durante el coronavirus se demuestra en un informe de la Unión Europea que así acusa. Entre otras mentiras difundidas por sitios como Russia Today (RT), Sputnik, Oriental Review o Geopolitica citan la idea de que el COVID-19 es menos peligroso que la gripe, que el virus llegó a Europa por migrantes ilegales o que es exacerbado por el ibuprofen.
- Que Joe Biden sufre del COVID-19
Jacob Whal, un joven de solo 21 años, conocido promotor de mentiras online y fanático de Trump, afirmó públicamente que el ex vicepresidente y candidato demócrata a la presidencia Joe Biden sufre del COVID-19. Para demostrarlo publicó un documento falsificado. Lo denunció en Twitter Kate Bedingfield, precisamente directora de comunicaciones de Biden.
- Que Bill Gates lo inventó y lo usa para implantar microchips en la gente
Otra teoría conspirativa afirma falsamente que Bill Gates, el hombre más rico del mundo con sus 110,000 millones de dólares, ha conspirado para crear el COVID-19 para inventar una vacuna de la que pueda lucrar y luego implantar microchips en la gente para conocer su paradero en todo momento.
Lo afirma, por ejemplo, Emerald Robinson, un corresponsal de prensa en la Casa Blanca en representación del sitio conservador Newsmax.
Otras noticias falsas
Un post viral pretende que el ácido del estómago matará el coronavirus si uno bebe suficiente agua. Otro clamaba que beber mucha agua y hacer gárgaras con agua caliente, sal o vinagre, mata el virus. El mismo contenido fue enviado a los medios sociales como una grabación. Siempre viene de “un amigo cuyo amigo trabaja para (el Pentágono, un hospital, la Casa Blanca, etc.)… me dijo”.
Chiles: no falta quien agrega chiles picantes como panacea universal. Aunque sabrosos, no pueden prevenir ni curar el COVID-19
Tome sol: También es totalmente falso que exponerse al sol o a temperaturas por encima de los 25 grados centígrados prevendrá la enfermedad. En realidad, no hay diferencia si hace calor o frío.
Otro consejo es de secarse las manos con aire muy caliente. Los secadores de manos son efectivos a la hora de matar al nuevo coronavirus. No.
Un supervisor del condado Okeechobee en Florida, dijo en una reunión de emergencia que escuchó “de fuente fidedigna” que se puede matar al coronavirus dirigiendo un secador de pelo con aire caliente a la nariz. Falso.
Baño caliente: no. Tomar un baño caliente no prevendrá que se contagie o enferme del COVID-19. La temperatura del cuerpo se mantiene entre 36.5°C y 37°C, independientemente de la temperatura del agua en su regadera. Pero usar agua demasiado caliente puede ser peligroso, porque quema.
Contener la respiración por 10 segundos sin toser no significa que uno no tiene el virus ni la enfermedad u otra enfermedad pulmonar. Los síntomas del COVID-19 son tos seca, fatiga y fiebre. En algunos casos, neumonía. Para saber si uno tiene el virus necesita hacerse un test de laboratorio.
Remedios mágicos: el predicador Jim Bakker promueve una botellita con una solución de plata por $125. Por el mismo precio, le curará, dice él, también el sida. Totalmente falso.
Varias empresas han desarrollado kits caseros y los venden en línea, enviándolos por correo. Afirman que pueden detectar la enfermedad. Falso.
Otras versiones: que al virus lo transmiten los mosquitos. O las moscas de la casa. O que los niños son inmunes al coronavirus. Falso: enferman como todos, porque el virus está en el aire o en sus manos. Pero son más resistentes a manifestar síntomas y a desarrollar la fase severa de la enfermedad.
Finalmente: los que todo lo niegan
Está quienes todos lo niegan, creando de esa manera un nuevo “fake news”, un cuadro totalmente diferente de lo que sucede. Para muchos en nuestro país, en realidad es todo falso. “No hay coronavirus. Además, inflan los números de muertes. Alguien muere en un accidente y dicen que es coronavirus. Y lo hacen para culpar de todo a Trump”.
Esta lista, si bien exhaustiva, no agota el tema. Los fake news siguen pululando en internet. Y debemos cuidarnos de ellos casi como del COVID-19.