Por Raúl Parra
En una región como la nuestra, que tradicionalmente había estado dominada por el efectivo, ahora son millones las transacciones financieras que diariamente se realizan de manera digital.
Resulta comprensible e incluso esperable que una región como Latinoamérica, donde un gran porcentaje de la población está excluido del sistema bancario y no tiene acceso a servicios financieros, fuera el terreno propicio para que florecieran las empresas emergentes (startups) de tecnología financiera (Fintech).
En el primer trimestre de 2023, Pix en Brasil superó en transacciones a las tarjetas de débito y crédito juntas. Y en abril, el Banco Central de Argentina reportó que los pagos digitales superaron por primera vez a los hechos con tarjetas de débito.
Las aplicaciones de pagos digitales, o paytechs —una subcategoría de las Fintech— también han vivido un auge en la región. Con Pix como punta de lanza, esta tendencia se extiende casi 10 mil kilómetros al norte, hasta donde llegan los rieles del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) de México.
DPL News presenta por primera vez un análisis de las aplicaciones de pagos digitales con una cobertura in situ que va desde el cono sur hasta el norte de América Latina, pasando por la región andina, con la mayor empresa de tecnología emanada de la región en su viaje por construir la primera superapp financiera.
El joven y revolucionario sistema de pagos lanzado por el Banco Central de Brasil en el subcontinente lusófono; la creación de una Fintech al interior de un banco corporativo que permeó como método de pago en Colombia.
El lanzamiento de un eficaz sistema que se expandió en todos los ámbitos y ahora es usado por la mitad de la población adulta en Perú y, finalmente, la noble intención de crear un medio de pago rápido sobre la infraestructura financiera existente en México.
En total, se presentan cinco casos de sistemas de pagos digitales en cinco países de América Latina: Mercado Pago, nacido en Argentina, pero de alcance regional; Pix en Brasil, Nequi en Colombia, CoDi en México y Yape en Perú.
Esperamos que este análisis les aporte insights relevantes sobre cómo la tecnología puede contribuir a brindar servicios financieros a personas que previamente no tenían acceso en América Latina y, en última instancia, avanzar en la inclusión financiera de la región.