Ante los desafíos que enfrenta la humanidad, como ha sido la pandemia que sirvió de catalizador para observar las desigualdades en el mundo, no hay manera de que las instituciones por separado logren cambios; por ello las alianzas son clave para recomendar soluciones.
Así lo consideraron especialistas durante el “Panel de asociaciones e instituciones de las Ciencias Sociales y Humanidades”, realizado como parte de las actividades de la 9ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales. Tramas de las desigualdades en América Latina y el Caribe. Saberes, luchas y transformaciones, cuya sede es la UNAM.
A los retos como las violencias, desigualdades de género, enseñanza, luchas y transformaciones de las naciones y las disparidades económicas, políticas y culturales que afectan especialmente a Latinoamérica, las asociaciones de profesionales están llamadas a realizar diagnósticos cada vez más claros y pertinentes, además de acercarse a los tomadores de decisiones.
De acuerdo con la secretaria Ejecutiva de CLACSO, Karina Batthyány, las propuestas se deben diseñar de manera colectiva, por lo cual los vínculos son clave para proponer formas de resolver los desafíos como las violencias, desigualdades de género, la enseñanza, luchas y transformaciones de las naciones.
Ese organismo promueve las herramientas necesarias para el desarrollo de los grupos que tienen menos oportunidades: mujeres jóvenes, colectivos afro, sectores rurales, indígenas, etcétera; un instrumento fundamental tiene que ver con la democratización del conocimiento y el acceso abierto y como bien público. Un derecho para todas y todos, con herramientas como la biblioteca y la librería latinoamericana de Ciencias Sociales.
Al moderar el encuentro, Angélica Cuéllar Vázquez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, consideró necesario revisar los trabajos de las asociaciones, los cuales son oportunidades para superar las desigualdades de la región.
Los que toman las decisiones deben escuchan que hay una enorme cantidad de conocimiento crítico y fundamentado de toda esta realidad, no solo latinoamericana; que tenemos esas herramientas para poder proponer políticas públicas que pongan el acento en tratar de abatir todas estas desigualdades tan enormes, apuntó.
En tanto, el secretario Ejecutivo del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales, A.C., Jorge Cadena-Roa, destacó que el principal desafío que enfrenta la organización es mostrar que las actividades de las ciencias sociales no suceden en una torre de marfil.
Se han identificado 12 disciplinas y un número semejante de áreas interdisciplinarias que abarcan desde la educación hasta migraciones, por ejemplo.
En su intervención, el presidente de la Asociación Latino Americana de Sociología (ALAS) de Perú, Jaime Ríos Burga, planteó que las experiencias y el trabajo realizado con el CLACSO se suman a los esfuerzos para superar la crisis actual.
Tenemos que descolonizarnos, porque los riesgos globales y los de cada ecosistema en crisis ponen en peligro la existencia en el planeta y llevan al límite la preservación de la civilización humana. Debemos transformarnos en sujetos colectivos desde y para la vida, una academia como política de vida -como decía Pablo González Casanova- comunidades que aprendan y desaprendan saberes colectivos que cumplan con las promesas incumplidas de la modernidad: igualdad, libertad, solidaridad y felicidad, aseveró.
Hernán Salas Quintanal, presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología Rural (ALASRU), resaltó el compromiso permanente de la agrupación con los movimientos sociales y un foro de intercambio ininterrumpido entre los académicos y las organizaciones campesinas, indígenas y jornaleros del continente, señalando la vulnerabilidad, pobreza y exclusión de la que son objeto amplias capas de las sociedades rurales latinoamericanas.
El también académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM calificó a la pandemia como “una de las mayores tragedias sociales contemporáneas que han afectado de forma inimaginable la vida de todas las personas. Los estudios se han enfocado en los efectos que las crisis han desencadenado en los sistemas activos, agroalimentarios y, de manera amplia, en los mundos rurales, cuyos efectos tardarán en conocerse y revertirse”.
Espacios de estudio
Nuestra región debe fortalecer los espacios de reflexión sobre el tiempo, porque la magnitud de las dificultades por las que atraviesa la humanidad requiere ser revisada con nuevas preguntas, planteó la académica de la FCPyS de la UNAM, Alejandra González Bazúa.
Al participar en el panel 224 “Estudios del tiempo y las temporalidades”, mencionó que en medio de la crisis civilizatoria estos espacios, donde por ende se comparte el tiempo, son sitios experimentados con remanso.
En tanto, la también académica de la FCPyS, María Del Socorro Gutiérrez Magallanes, expuso que pensar en periodo de crisis es hacerlo en un tiempo de crear posibilidades con diferentes posturas del mismo.
“Existe el tiempo vivido, narrado y futuro, y también sería importante aprender a vivirlo fuera de la lógica capitalista, además hemos transcurrido por el tiempo suspendido como el experimentado durante la pandemia, no hay que olvidar que a quien le dedicas tu tiempo, le dedicas tu vida”, estableció.
En su oportunidad, Anne W. Johnson, antropóloga social por la Universidad de Texas en Austin e integrante del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, se refirió al tiempo en el espacio exterior y a la denominada astrocultura popular mexicana, que son las expresiones nacionales referidas a la era espacial, y cómo el espacio no debería ser solo un sitio para personas adineradas.
“Es un tiempo de poder impuesto. Una idea muy lineal del progreso, hay voces que dicen: ‘México tiene que subirse al tren del progreso’, pero esa es una frase que data del siglo XIX, y se utiliza para delinear el futuro en pleno siglo XXI”, señaló.
Sebastian Thies de la Universidad de Tubingen en Alemania, especialista en Estudios Interamericanos, expuso el paro nacional en Colombia en 2021 provocado por la iniciativa de reforma tributaria del entonces gobierno de Iván Duque, protestas que fueron pospuestas temporalmente por la emergencia sanitaria.
“Vemos ahí claramente una generalizada falta de futuro con incertidumbre ante la erosión de la legitimidad de las instituciones, lo que retrata la operación de temáticas y políticas temporales”, argumentó.
En el panel moderado por Raúl Contreras Román, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, también estuvo Esteban Morera Aparicio, de la Universidad Tubingen en Alemania, quien comentó que es necesario realizar un análisis de las temporalidades políticas en cada país.
“Transgredir el orden de los políticos desde los sectores populares, es también infringir el tiempo. El pueblo no es una simple herramienta para los populistas”.