Eran las nueve de la noche del viernes y una veintena de nicaragüenses pedía a los mariachis contratados que entonaran la canción del muñeco de alambre, dedicada al presidente de ese país, Daniel Ortega.
Este grupo se concentró en las puertas del hotel Imperial, ubicado en la glorieta Colón del Paseo de la Reforma, donde enviados de la embajada de Nicaragua en México habían acudido a solicitar que se apartaran 20 habitaciones porque ahí se hospedaría el mandatario de esa nación.
Pero algo pasó que antes de las ocho de la noche personal del hotel salió para informar con discreción a los nicaragüenses inconformes, radicados en México, que se había cancelado el apartado, sin dar mayor explicación.
Minutos más marte ahí mismo se confirmó que Daniel Ortega había cancelado su visita a México, lo que no gustó nadita a los estrategas del presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador.
Antes de retirarse de las puertas del hotel Imperial, se pidió a los mariachis que entonaran nuevamente el muñeco de alambre, que en una de las estrofas dice textualmente: “Este es el muñeco de alambre y quien no lo baile que chingue a su madre”.
“A quién está dedicada es canción”, preguntó el sabueso informativo de esta grilla en el poder que andaba por el lugar y la repuesta fue inmediata: “A Daniel Ortega”.