Mensaje a Estados Unidos
Al anunciar que México concede a Belice la cancelación del pago de aranceles a todas las exportaciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que así pone el ejemplo para seguir insistiendo en la integración total de toda América sin fobias ideológicas obsoletas, frase claramente dedicada a Estados Unidos.
Esto fue lo que expresó el mandatario mexicano al término de su visita al país beliceño:
“Acabamos de tomar el acuerdo con el primer ministro para que México suprima sus aranceles a productos que Belice pueda exportar a nuestro país; es decir, se va a poder exportar a México desde Belice alimentos, productos agrícolas, carne de res y otros alimentos básicos sin pago de impuestos, se suspenden los aranceles. Vamos a llevar a la práctica un auténtico, un verdadero libre comercio entre nuestras naciones.
Pero, más allá de buenos vínculos entre Belice y México, sostengo que es necesario avanzar en una integración continental de toda América, en nuestra construcción en el continente de un modelo semejante al de la Comunidad Económica Europea, la instancia que precedió a la Unión Europea, algo parecido para América.
Sólo de esa manera, en una América unida, integrada, hermanada, podremos hacer frente a las turbulencias de la economía mundial y, lo más importante, al peligro geopolítico que representa para todo el mundo el declive económico de Estados Unidos frente a otras regiones, en especial de Asia y en particular me refiero al avance económico comercial que puede ser hasta hegemónico de China.
Además de frenar este curso de acontecimientos indeseables, debe considerarse que la integración de todos los países de América permitiría potenciar en un gran mercado común las capacidades de nuestra población, nuestros recursos naturales, nuestras industrias, nuestras costas, el turismo, y nuestros sistemas financieros, no sólo con el propósito de figurar en el primer sitio como una región próspera en el mundo, sino para dar bienestar y justicia a nuestras poblaciones, para enfrentar juntos complejos problemas comunes como el de la pobreza, la inseguridad y la delincuencia, las consecuentes oleadas migratorias y el cuidado del medio ambiente, el abasto energético e incluso prepararnos, actuar juntos en catástrofes causadas por fenómenos naturales.
Un proyecto de estas dimensiones requiere altura de miras para dejar atrás fobias ideológicas obsoletas; respeto a las decisiones soberanas de cada país y, sobre todo, un genuino compromiso con nuestras poblaciones y la satisfacción de sus carencias más apremiantes.
Por eso, he estado insistiendo en la necesidad de que ningún gobierno del hemisferio, ningún país de América sea excluido en la próxima cumbre que se realizará en los Ángeles, en Estados Unidos; que nadie excluya a nadie.
Debe ser un encuentro que permita, precisamente, dirimir y resolver los disensos sin imposiciones ni medidas unilaterales; sin hegemonías, sin prepotencias”.