Para actualizar la normatividad sanitaria sobre cremación, disposición definitiva de cadáveres y regular la implementación de técnicas, y modernos procesos de control sanitario con respeto al medio ambiente, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín presentó una iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 314, 348 y 419, y se adicionan los artículos 348 bis, 348 bis 1 y 348 bis 2 de la Ley General de Salud.
El legislador aseveró que se debe establecer un marco normativo que facilite el cumplimiento de normas que inhiba el “tráfico” o mercado negro de ataúdes usados, con medidas claras y precisas sobre su uso y control sanitario posterior”.
Se deben implementar disposiciones sanitarias que atenúen el impacto ecológico derivado del uso de féretros. Que el reciclaje y reutilización sea en condiciones sanitarias adecuadas y propicie buenas prácticas en el manejo de cadáveres.
Explicó que se pretende disminuir riesgos sanitarios, tanto para los trabajadores de la industria funeraria, como para los solicitantes de ese tipo de servicios funerarios.
Actualmente, dijo, en la industria funeraria existen métodos, prácticas, instrumentos y aditamentos que reducen el impacto ecológico, que disminuyen ostensiblemente el riesgo sanitario de actividades relacionadas con servicios funerarios. Entre ellos se refirió:
Uso de empaques de material reciclado como cartón o madera para la colocación de cadáveres dentro de los ataúdes; embalsamamiento a los cadáveres no solo para traslado y conservación, sino para evitar el derramamiento de líquidos y esparcimiento de olores durante la velación que, en algún momento pueden significar un riesgo de infección, entre otros.
El legislador señaló que es preciso establecer en la Ley General de Salud no sólo disposiciones que atiendan el control y vigilancia de agencias funerarias, tanatorios o crematorios, sino prever con visión -a mediano y largo plazo- disposiciones integrales y responsables con la salud de la población, con respeto al medio ambiente.
Mencionó que derivado del nulo control sanitario del uso y reúso de ataúdes, el problema es las ventas de féretros provenientes de cremaciones en malas condiciones y sin un proceso de sanitización.
Ello abundó Ramírez Marín, genera la práctica desleal de reutilización de ataúdes -una o más veces- sobre todo para transportar cadáveres que serán cremados.
Es muy importante que las personas que requieren de este servicio tengan la garantía que el féretro que se utilizará para la cremación, se le ha aplicado un protocolo de sanitización, siendo obligación de la agencia funeraria informarlo, concluyó el senador.
El proyecto de decreto fue turnado a las Comisiones Unidas de Salud, y de Estudios Legislativos.