Con el método convencional utilizado en la industria petrolera, se perfora con un lodo y luego la tubería de revestimiento se fija en el fondo y en las paredes del pozo con una lechada de cemento, similar al que se usa en las construcciones civiles.
CEMUD (CE, cemento, MUD, lodo) fue creado por estudiantes de sexto y séptimo semestre de la carrera de Ingeniería Petrolera de la Facultad de Ingeniería, bajo la tutoría del académico Nelson Barros Galvis, quien explicó que los fluidos de perforación suelen obtenerse de la mezcla de agua con arcillas para sostener las paredes del pozo, lubricar y enfriar la barrena, y transportar los recortes sólidos a la superficie. Luego se procede con la cementación.
Este proceso en un pozo de cuatro mil a cuatro mil 500 metros podría costar de dos o tres millones de pesos diarios, dependiendo de la tecnología y del personal, pero con el uso de CEMUD se estima que disminuiría hasta en 40 por ciento.
Otra ventaja de la invención de los estudiantes es que se puede utilizar en pozos someros o a profundidades de tres mil o cuatro mil metros, añadió Barros Galvis. Además, el tiempo de fraguado puede ser mayor o menor –con ayuda de catalizadores o retardadores–, según las características que requiera cada caso.
El académico comentó que los alumnos propusieron variantes químicas que hacen que el fluido resista mayor temperatura y presión; luego plantearon mejoras en las propiedades y resistencias mecánicas del cemento. “Hemos tenido una evolución continua, con la meta de proponer un producto diferente, asequible desde el punto de vista económico y que responda a una problemática real de la industria”.
Uno de los objetivos de Barros Galvis en el corto plazo es patentar la innovación, para después hacer una transferencia de tecnología y publicar los resultados de la investigación en alguna revista científica. Hasta el momento, dos compañías transnacionales están interesadas en el trabajo, “pero hemos mantenido prudencia, porque creemos que primero hay que terminarlo al 100 por ciento y registrarlo. Es un producto marca UNAM”.
Los resultados en laboratorio han sido exitosos, pero es necesario hacer pruebas en campo, en un pozo piloto, subrayó. “Para ello se podría buscar una colaboración con Pemex, estamos abiertos a comentarios y sugerencias, y desde la trinchera de la academia ayudar, en la medida de lo posible, a la industria del ramo”.
De forma adicional, el académico ya piensa en desarrollar una barrena acorde a CEMUD. Ya cuenta con el diseño conceptual y básico, también con ayuda de estudiantes del grupo de Elementos de Perforación de Pozos.