Mancha el rumbo de Morena
El jueves 29 de noviembre pasado el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, encabezado por el senador de Morena Napoleón Gómez Urrutia, convocó a conferencia de prensa para advertir que no solo regresó a México para recuperar su posición, sino para someter a los periodistas que no apoyan su causa.
Y para dejar en claro que el mensaje es tan contundente, que Gómez Urrutia envió al secretario del Interior, Exterior y Actas del Comité Ejecutivo Nacional, Sergio Beltrán Reyes, a dejar testimonio de advertencia.
Este sujeto está plenamente identificado por los videos y fotografías captadas al momento de jalonear e increpar a la reportera Patricia Carrasco, del periódico La Prensa, a quien violentamente le reclamó que “siempre publicas en contra de mi jefe Napo”.
Como es del conocimiento público, napoleón Gómez Urrutia preside la Comisión de Trabajo y Previsión Social en la Cámara de Senadores y cuando el golpeador sindical cometió la agresión física y verbal en contra de la reportera, no le importó la presencia de otros periodistas que atestiguaron la actitud misógina que, además, atenta contra la libertad de expresión.
Airado, se acercó a la comunicadora para increparla por qué publicaba “puras mentiras” en contra de su líder, lo cual significa un claro agravio a la libertad de expresión, derecho fundamental plasmado en la Carta Magna que garantiza que toda persona piense y comparta sus ideas, reflexiones y opiniones.