En el Senado de la República se abrió el debate para construir un marco legal que proteja el patrimonio cultural de los pueblos originarios, frente a agentes del mercado y marcas internacionales que obtienen millones de dólares por comercializar diseños indígenas sin reconocer la autoría de las comunidades.

Así, con el apoyo de la Mesa Directiva, que preside el senador Martí Batres Guadarrama, se llevó a cabo la Conferencia Magistral sobre las Bellas Artes de los Pueblos Originarios, que impartió la Premio Nobel de la Paz en 1992, Rigoberta Menchú Tum.

En el evento, el legislador advirtió que los productos culturales de nuestros pueblos corren el riesgo de ser confiscados por poderosos agentes del mercado que son completamente ajenos a las comunidades.

“Diversas marcas internacionales pueden obtener millones de dólares por comercializar diseños que no realizaron, que no produjeron; sino que fueron creados por las comunidades y pueblos indígenas de Mesoamérica y por los cuales, estas comunidades no obtienen un solo centavo”, expresó.

No nos oponemos a que se difundan las creaciones indígenas, asentó Batres Guadarrama. Al contrario, queremos que eso suceda cada vez más. Pero nos parece una terrible injusticia y una suerte de sutil despojo, que esto ocurra sin el reconocimiento intelectual y material correspondiente.

La civilización hegemónica, señaló, habla constantemente del derecho de propiedad intelectual. “Pero es muy parca para reconocer ese derecho a los colectivos y tiene mucha dificultad para reconocer la autoría colectiva de música, diseños, literatura, técnicas terapéuticas, vestidos y conocimiento sobre la naturaleza”.

Las civilizaciones originarias de América han forjado culturas complejas, cuya vitalidad persiste y les ha permitido resistir y adaptarse. “Los frutos culturales más desarrollados de nuestras civilizaciones, procesados de acuerdo con diversas tradiciones de las comunidades, son bellas artes, no artesanías, cuyo precio puede castigarse en un mercado monopolizado por otros”, consideró el senador.

En su ponencia, Rigoberta Menchú destacó que los pueblos indígenas tienen una visión filosófica milenaria, que les permite crear, construir, enriquecer y generar un arte contemporáneo que reúne ciencias y saberes ancestrales.

“No es sólo una energía de improvisación lo que empuja a los pueblos indígenas a preservar y a escribir su cosmovisión en su arte contemporáneo, sino es una ciencia y son saberes”, subrayó la activista.

Destacó que una de las manifestaciones más fuertes del conteo del tiempo de estos grupos sociales se plasma en los huipiles sagrados que portan. Cada uno de ellos, expresó, “tiene un significado y es una letra caminando”.

Menchú Tum acotó que la ciencia para la vida, la educación y la escritura que tienen los pueblos originarios es visible. Por eso, es un derecho que se tiene que reconocer para su dignificación.

En este contexto, la Asociación Menchú Tum y el Senado de la República firmaremos un convenio general de colaboración para la promoción y fortalecimiento de los derechos humanos, la inclusión, la cohesión y la paz de los pueblos indígenas.

Al encuentro asistió la senadora Susana Harp, de Morena, quien ya presentó una iniciativa para expedir una ley que salvaguarde conocimientos, cultura e identidad de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos.

En el proyecto se propone un inventario para identificar, registrar y catalogar las manifestaciones culturales y contratos relacionadas con el objeto de la ley; así como para registrar las licencias de uso correspondiente, hacer declaratorias de disponibilidad pública y registrar las sanciones administrativas aplicadas.

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