Siempre que hablamos de formas de organización y sociedades humanas, o de grandes civilizaciones, debemos asumir las dos caras de la moneda: maneras de convivencia y socialización para hacer posible la vida pública, pero generadoras de conflictos y circunstancias de violencia.
Édgar Federico Tafoya Ledesma, coordinador del Centro de Estudios Sociológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, afirma lo anterior y argumenta:
“Diversos trabajos sobre civilizaciones humanas del pasado y presente señalan que nuestra especie no solo es Sapiens sapiens, es decir, racional, con lenguaje y conciencia, sino que al mismo tiempo genera procesos radicales de conflicto que derivan en situaciones de violencia”.
En ocasión del Día Internacional de la No Violencia, que se conmemora el 2 de octubre, el profesor de Sociología considera: estas características son constitutivas de nuestra especie, pero no tienen que ver con una determinación genética, sino con constructos sociales, instituciones y procesos civilizatorios.
Estos últimos están ligados a formas de organización y convivencia, pero al mismo tiempo a dinámicas de conflicto y severidad.
Tafoya Ledesma estima: aunque se ve imposible ante escenarios cotidianos como los que se viven en México, resulta imperativo fomentar en el país una cultura de la paz.
Parece complicado y desafiante pensar que es posible resistir y llevar a cabo acciones no violentas frente a un escenario de agresividad generalizada determinada por el crimen organizado y las bandas delincuenciales. También es necesario promover la mediación, resolución, la cultura del respeto y de la tolerancia, subraya.
El experto sugiere una estrategia en los medios de comunicación, redes sociodigitales, en las universidades, los centros de educación básica y en las aulas.
“Las campañas deben fomentar el respeto a la diversidad cultural y sexo genérica, a las mujeres, así como promover el diálogo y la tolerancia religiosa”, precisa.
Para el universitario es indispensable en esta labor unir a diversos sectores, trabajar a partir de las organizaciones no gubernamentales y las aulas, en una dinámica de abajo hacia arriba.
Paz
Sobre el Día Internacional de la No Violencia, el profesor universitario recuerda que la efeméride fue promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para mediatizar, informar y crear conciencia de la relevancia de tener una cultura de paz, tolerancia, respeto a la diversidad cultural, política, racial y sexogenérica, hacia las mujeres y la diversidad ideológica y religiosa.
La celebración recuerda el natalicio de Mahatma Gandhi, el 2 de octubre, y es un homenaje al líder del movimiento de Independencia de la India y pionero de la filosofía de la no agresión.
De acuerdo con la página electrónica de la ONU, la conmemoración se estableció el 15 de junio de 2007. Se señala que “es una ocasión para difundir el mensaje de la no violencia, incluso a través de la educación y la conciencia pública”.
Información del organismo internacional indica que al presentar la resolución en la Asamblea General en nombre de 140 copatrocinadores en ese año, el Ministro de Estado de Relaciones Exteriores de la India, Anand Sharma, dijo que el patrocinio amplio y diverso era una muestra del respeto universal por Mahatma Gandhi y de la perdurable relevancia de su filosofía.
Al citar las palabras del difunto líder, expresó: “la no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre”.
Tafoya Ledesma expone que la figura de Gandhi es relevante por su manera de pensar. “Hace visible que es posible resistir a las formas de dominación, control y abuso de poder a través de mecanismos pacíficos, pero activos”.
Lo que promovió, como gran líder libertario de la India frente al dominio colonial inglés, fue llevar a cabo acciones organizadas, de resistencia civil pacífica, a manera de protesta; esa es su herencia política, social y moral, concluye.