Los hidrocarburos, plaguicidas y microplásticos son los principales contaminantes del Golfo de México, y afectan el funcionamiento de importantes ecosistemas como los corales, manglares, humedales y pastos marinos, además de las pesquerías comerciales y la economía de los habitantes ribereños.
A esa situación también contribuyen contaminantes biológicos, microbiológicos, metales, metaloides y bifenilos, alertó Alfonso Vázquez Botello, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.
Esa cuenca oceánica, contenida entre los litorales de México, Estados Unidos y Cuba, es única en el país: ahí confluyen procesos físicos, químicos, biológicos y geológicos que le otorgan características singulares y la convierten en un mar altamente dinámico.
El Golfo de México conforma costas, mares, ríos, humedales y lagunas que lo convierten en un sitio de vital importancia para nuestra nación, agregó el biólogo, maestro en biología marina y doctor en oceanografía química, con 50 años de antigüedad en la UNAM.
Se estima que 90 por ciento de los ríos que desembocan de él están altamente contaminados; los plaguicidas afectan gravemente sus costas, mientras que los contaminantes más graves para sus mares y litorales son los hidrocarburos provenientes del petróleo.
En sus costas, ubicadas en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán, se asienta más del 35 por ciento de los habitantes del país. “Esto le otorga gran importancia social, económica, agrícola, pesquera, petrolera, energética, industrial, minera y comercial”, resaltó el universitario.
Variedad de contaminantes
El investigador del ICMyL dijo que como resultado de estas actividades, los desechos industriales y portuario-industriales, las descargas urbanas, así como los desperdicios mineros, petroleros y agrícolas, han introducido en sus aguas grandes volúmenes y variedad de contaminantes.
“Los procesos extractivos, urbanos e industriales se han incrementado de manera dramática en los últimos 20 años, afectando a la ecología y productividad de este ecosistema”, anotó.
La extracción petrolera en la zona es causa de grave contaminación ambiental, derrames gigantescos de petróleo y liberación de energía.
Vázquez Botello resaltó que la basura generada por el ser humano ya ha producido cinco “islas de plástico” en el mundo. “Esos desechos se acumulan en grandes cantidades en las zonas costeras y los océanos, y por su desintegración se producen pequeñas partículas llamadas microplásticos.
Éstas pueden ser ingeridas y acumuladas por cientos de especies estuarinas (provenientes de estuarios, cuerpos de agua parcialmente encerrados que se forman cuando las aguas dulces provenientes de ríos y quebradas fluyen hacia el océano y se mezclan con el agua salada del mar) y marinas, con gran impacto sobre su fisiología y metabolismo.
“Sin embargo, las investigaciones para diagnosticar sus efectos aún están en sus inicios”, concluyó.