Se enfadó y arremetió con dureza
Duro se fue el presidente Andrés Manuel López Obrador a la yugular de los sectores religiosos de México, enfadado por las declaraciones de inconformidad que pronunciaron y difundieron los principales jerarcas de la Iglesia Católica, a quienes acusó de estar apergollados por la oligarquía.
Y para que no quedara duda de su enojo, aprovechó los minutos finales de su mañanera de este lunes para decirles todo lo que sigue:
“No vamos a cambiar nuestra estrategia de atender las causas de la violencia y no hacer lo de antes, que se quería enfrentar la violencia con la violencia, porque eso fue una estrategia fallida que nos afectó muchísimo, y una estrategia fallida e inhumana. La paz, no hay que olvidarlo, es fruto de la justicia.
“Nuestros adversarios con sus voceros y achichincles tratan de confundir, desinformar, manipular, diciendo: ‘¡Qué barbaridad! ¡Nunca ha habido tanta violencia en México como ahora!’
“Pues no es cierto, si hubiésemos continuado con la misma política que se impuso desde que se declaró la guerra a la delincuencia organizada el país, estaría en completa descomposición, ingobernable.
“Pero todos esos no dicen nada de cómo ajusticiaban a personas, cómo aplicaban el ‘mátalos en caliente’, cómo creció en México el número de masacres, los índices de letalidad, cómo remataban a los heridos; todo eso se les olvida.
“Incluso hasta los religiosos, con todo respeto, que no siguen el ejemplo del papa Francisco, porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana.
“Donde hay un conservador, hay un represor en potencia; pero nosotros no somos así”.