El equipo mexicano que participó en la XXIII Olimpiada Iberoamericana de Química (OIAQ 2018), del 22 al 27 de septiembre en El Salvador, regresó con una presea de plata y tres de bronce. Los jóvenes de 18 años compitieron contra delegaciones de 16 países.
Neyci Gutiérrez Valencia, originaría de la Ciudad de México, fue quien se colgó la plata en este certamen, mientras que los sonorenses Alexa Stephania García Rendón, Alejandro Munguía Aldapa y Luis Fernando Gutiérrez Córdova consiguieron los tres bronces.
En la OIAQ 2018 participaron 68 estudiantes provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Guatemala, Ecuador, España, México, Paraguay, Panamá, Perú, Portugal, Uruguay y el anfitrión El Salvador.
Este certamen de ciencia busca promover el estudio de la química y el establecimiento de una cultura científica y de investigación, dijo José Manuel Méndez Stivalet, uno de los dos mentores que acompañaron a la delegación mexicana, mientras que Abel Sánchez Bejarano señaló que este tipo de concursos permiten estrechar lazos de amistad entre los participantes y crear un marco propicio para fomentar la cooperación y el intercambio de experiencias entre los jóvenes.
Además, señaló que cada generación que se prepara es diferente, por lo que es un reto constante motivar a los jóvenes. Ambos académicos forman parte de la organización de la Olimpiada Nacional de Química, la cual coordina la Academia Mexicana de Ciencias.
La experiencia de los ganadores
La ganadora de plata, Neyci, comentó que su desempeño fue bueno durante el certamen porque los exámenes tuvieron un alto nivel, pero al final pudo obtener un resultado satisfactorio. La joven estudiará una carrera a fin a la química e invitó a los jóvenes a acercarse y conocer la experiencia de la olimpiada, y de ser posible llegar a la etapa internacional. "Yo creo que se puede ampliar aún más la difusión para lograr la mayor participación posible de estudiantes de los estados".
Alexa, estudiante de la carrera de Química-Biología, dijo en entrevista que la química es “como aprender un nuevo idioma”, porque una vez que se entienden las bases es más sencillo ir aprendiendo cada vez cosas más complejas. “Es una materia bonita y extensa, tiene muchas áreas y está presente en la vida diaria”.
Señaló que participar en la olimpiada desde la etapa estatal cambió su perspectiva de lo que es la química, “mi papá y mi mamá son químicos, pero siempre dije que no estudiaría la misma carrera porque se me hacía muy aburrida, monótona y difícil. Pero ahora me doy cuenta que soy buena estudiante en ciencias y sé que me voy a dedicar a la investigación”.
Alejandro ya es estudiante de nuevo ingreso de la carrera de Ingeniería Química, área que eligió gracias a la experiencia olímpica. Sobre la complejidad de las pruebas de la OIAQ 2018 comentó que en el práctico hicieron una identificación de compuestos orgánicos a partir de diferentes técnicas visuales y también tuvieron que determinar el contenido de zinc en un médicamente que se produce en ese país centroamericano, entre otros análisis químicos.
Para Luis Fernando, quien cursa la licenciatura de Física, el aprendizaje obtenido luego de haber participado en dos olimpiadas nacionales y este año en la iberoamericana, le servirá para toda la vida. "Me di cuenta que, con un poco más de esfuerzo, se pueden lograr muchas cosas, se trata de hacer un poco más del mínimo de lo que piden en la escuela, eso puede cambiar la vida en todos los ámbitos”.