Radiografía de la amapola en el país

El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Eduardo Ramírez Aguilar, dijo que México es el tercer productor de amapola ilícita en el mundo, sólo después de Afganistán y Birmania; además de que su producción legal para medicamentos no está autorizada por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, lo que provoca que toda la amapola que se produce termine en el mercado ilegal.

Por ello, el presidente del Instituto Belisario Domínguez, organismo dependiente del Senado de la República, Manuel Añorve Baños, manifestó la necesidad de regular la amapola para uso medicinal, porque además de “bajar los índices de inseguridad, se podrá beneficiar a los campesinos que se dedican a cultivar esta planta que, tan sólo en Guerrero, dijo, suman 130 mil.

“Por lo lucrativo que resulta el negocio de la heroína, se ha desatado una guerra para controlar los campos de siembra de amapola, convirtiendo a los campesinos de la zona prácticamente en ´esclavos´, quienes se ven obligados a sembrar ilícitamente esta planta”, dijo el senador priísta.

Recordó que una de las primeras iniciativas que presentó, como legislador, fue la propuesta para regular el cultivo y producción de la amapola para uso medicinal, porque de acuerdo con el reporte de monitoreo de siembra de amapola en México, realizado por la ONU, la siembra en el país se concentra en los estados de Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Nayarit, Jalisco, Michoacán y Oaxaca.

Detalló que hay avances en el Congreso para regularizar el cannabis, por lo que confió en que a la par se pueda legalizar la amapola para dar pasos importantes en la protección de los campesinos del narcotráfico y el crimen organizado. 

“La misma ONU estima que en México hay más de 30 mil hectáreas de tierra cultivable dedicadas a la amapola, lo que lo convierte en el tercer productor a nivel mundial, pero todo lo producido es ilegal”.

Por su parte, Pierre Gaussens, investigador del Colegio de México, afirmó que para avanzar en la regulación se deben dejar de lado las consideraciones morales, para encarar el problema de una manera más pragmática. 

Detalló que con la regulación terapéutica se cubrirían las necesidades médicas, sobre todo de morfina y otros medicamentos derivados, para cuidados paliativos en enfermedades terminales y crónico-degenerativas, a fin de que los pacientes tengan acceso garantizado a los fármacos contra el dolor.

Alejandro Mohar Betancourt, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, manifestó la urgencia de crear la “Red de morfina de distribución”, cambiar el concepto de prohibicionismo y proteger a los campesinos, pero reconoció que esto sólo será posible si se trabaja de manera conjunta: sociedad civil, autoridades de salud y legisladores.

También destacó que la problemática central, desde la perspectiva de la salud pública, es que las tres principales enfermedades que producen dolor son el infarto agudo al miocardio, diabetes mellitus y el cáncer, principales causas de muerte en gran parte del país, a lo que se suma la escasez de morfina.

Aseveró que el prohibicionismo heredado de Estados Unidos ha fracasado, lo mismo que la guerra contra las drogas y la ilegalización no hace que la gente deje de drogarse, con lo que fundamentó la necesidad de impulsar la transición hacia la regularización de ciertas drogas, en este caso, la amapola, en sentido terapéutico y ante la necesidad de garantizar el abasto de morfina para cuidados paliativos.

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