Afirman especialistas

La amenaza permanente de construir el muro que limitaría por completo la migración de mexicanos y latinoamericanos en general a Estados Unidos (EU), la imposición de aranceles, los mensajes de xenofobia e intolerancia hacia la población latina son, entre otros aspectos, característicos del gobierno del presidente Donald Trump hacia México, y un llamado a que nuestro país deje de depender de la política comercial estadounidense.

“Si las políticas económicas implementadas por Trump empeoran no será opción, nos veremos obligados a diversificarnos y buscar otros mercados”, destacó el experto en estudios económico Asia-Pacífico, Víctor López Villafañe, quien añadió que el reto de México es crear empresas innovadoras como en su momento lo hizo Corea del Sur ante el temor de ser invadida por Corea del Norte.

El catedrático de la Universidad Autónoma de Zacatecas e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) consideró que el plan de industrialización que se impulsó en el país entre 1940 y 1970 no fructificó debido a la falta de una inversión robusta en ciencia, tecnología e innovación (CTI) básica y aplicada, a los deficientes niveles de educación de la población, a la necesidad de una mayor intensidad en los procesos de industrialización, puntos que el gobierno federal debería considerar para impulsar un nuevo plan de desarrollo de largo alcance.

“Antes de exportar a otras naciones se requerirá primero fortalecer las capacidades endógenas del país”, dijo el investigador, quien ha estudiado principalmente a Japón y China desde la década de 1970, y por sus contribuciones al conocimiento, fue reconocido por el gobierno japonés en 2017 con la condecoración Orden del Sol Naciente, en grado de Rayos de Oro con Collar de Listón.

Víctor López Villafañe ha seguido la evolución y fortalecimiento de ambas naciones, que se han colocado, respectivamente, como tercera y segunda economías mundiales.

Desde entonces se vio que esta región tendría un papel muy importante geopolítica y económicamente; el crecimiento económico de China se debió en gran medida a que aceptó ser la gran maquiladora del mundo a cambio de transferencia de tecnología, esto es, el gobierno chino exigió a las empresas de alta tecnología que para establecerse en su país enseñaran y transfirieran su conocimiento. En comparación, en México solo el 3% de lo que se produce en la frontera con Estados Unidos corresponde a empresas mexicanas.

“China anunció su apertura al mundo y modernización en 1978 y me tocó vivir ese proceso. Aunque México ha sido pionero en las relaciones diplomáticas con los japoneses y chinos, el intercambio comercial ha sido desequilibrado. Nuestro país tiene un importante déficit con China, le compra mucho y le vende poco. Con Japón es parecido, se adquiere de ese país mucha maquinaria, productos industriales y les vendemos alimentos frutas, hortalizas, carne, etcétera, pero sin cubrir al 100% el acuerdo basado en cuotas”.

Debido a que México no ha podido tener una ola de crecimiento fuerte, agresivo como el que China y Japón tuvieron, nuestro país tiene insuficiencia de oferta, casi todo lo que produce y es exportable se va al mercado estadounidense. “Es un elemento estructural y geográfico, Estados Unidos es el mercado más grande del mundo y absorbe el potencial exportable mexicano; a la vez, nuestro crecimiento es bajo, no contamos con excedentes, no tenemos oferta para dirigir a Japón o China”, expuso López Villafañe.

Para China, México es un mercado muy importante por lo que le compra y no por lo que le vende, a diferencia de Brasil que le vende más materia prima de lo que le compra, al igual que Argentina, Chile y Perú. A diferencia de lo que ha hecho en Sudamérica, China no ha invertido suficiente en México, previendo que Estados Unidos le impondría en algún momento aranceles en sus productos.

Japón, por su parte, ha hecho inversiones cuantiosas en los últimos 10 años en la industria automotriz y México le interesa por su mercado interno, pero también porque de aquí exporta, lo ve como un mercado meta y plataforma para vender a Estados Unidos.

Pionero en el país sobre estudios económicos de la región Asia-Pacífico, Víctor López Villafañe sostuvo que México tendría que especializarse en diseños y productos muy específicos, y quizá podría empezar por los alimentos porque, por ejemplo, en la actualidad China compra a América Latina el 30% de su demanda interna de alimentos.

“Nosotros tendríamos que comenzar a producir alimentos que consumen los chinos, productos sanos y certificados. Hay problemas con alimentos que contienen hormonas o son prohibidos por ser dañinos, por tanto, tenemos que aprender de la escuela japonesa para crear una oferta alimentaria propicia para la región”, sugirió el investigador en entrevista para la AMC.

Otro tema, paradójico, es el relacionado con los salarios. En México hoy en día la retribución es más baja que en China, lo que era impensable hace 20 o 30 años. Ahora ganar menos en nuestro país ya es normal. El doctor López Villafañe consideró que el Tratado de Libre Comercio con América del Norte que se firmó en 1994 con Canadá y Estados Unidos sacó a nuestra nación de una crisis económica severa, pero a cambio se ofreció mano de obra barata que ha perpetuado la desigualdad social.

Para combatir dicha disparidad se requieren reformas internas que propicien la creación de industrias competitivas: “Corea del Sur, Singapur y otros países establecieron relaciones comerciales como primer paso y luego firmaron tratados comerciales. Se convirtieron en potencias exportadoras haciendo reformas internas, mejorando su productividad y productos, mejorando la educación de su población, invirtiendo en recursos humanos y en CTI, y luego pagando mejores salarios”.

Ambos países llevaron a cabo reformas que México debería de hacer, añadió el autor del libro Globalización y regionalización desigual, una obra que compara el crecimiento asiático con el mexicano. Una consecuencia de esto es que el 70% de lo que se exporta hoy en el país es gracias a empresas extranjeras. Las grandes empresas mexicanas son extractivistas o de servicios, y no hay empresas innovadoras, señaló López Villafañe, profesor emérito del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey.

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