La Noche de las Estrellas
Las diez ediciones de la Noche de las Estrellas han sido posibles gracias al trabajo de casi 60 mil voluntarios. Esta fiesta astronómica ha logrado congregar en una década a 2 millones de visitantes en 29 sedes internacionales, 616 sedes nacionales, con el uso de 15 mil telescopios, cifras que muestran que se trata de una actividad de divulgación científica exitosa, la más importante del país y de América Latina, sostuvo José Franco, coordinador nacional de este programa de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
El astrónomo, expresidente de la AMC, narró la historia de este programa, desde sus inicios en el Zócalo de la Ciudad de México y cómo ha ido creciendo con el paso de los años. En una mesa redonda, que fue parte de un encuentro de divulgación realizado la noche del sábado en la Casa del Lago de la UNAM, comentó que en 2009 la actividad arrancó con 700 telescopios, cifra que incrementó a 1 700 en 2018. “Empezamos con 26 sedes en todo México y el año pasado llegamos a 100 sedes nacionales y 3 internacionales”.
Con estos números el doctor José Franco y el resto del comité nacional de Noche de las Estrellas esperan que haya “muchos jóvenes que abracen la vocación científica y tecnológica en sus carreras, pese a que la inversión en CTI en México no es muy buena”, dijo y consideró que para el país “es fundamental tener a jóvenes bien preparados”.
Durante la jornada sabatina se llevaron a cabo la mesa redonda “Noche de las Estrellas-Diez Años”, la sesión de escucha “El sonido dorado de las Voyagers”, que consistió en la audición de algunos de los materiales musicales y sonoros que llevan en sus respectivos discos dorados las sondas Voyager, ambas lanzadas en 1977 y hoy fuera ya del Sistema Solar; así como una muy concurrida observación astronómica.
En futuro de la Noche
Durante la mesa redonda, en la sesión de preguntas y respuestas, se hizo patente la inquietud del público sobre el futuro del programa en estos tiempos en que el presupuesto para el sector de ciencia, tecnología e innovación (CTI) se ha recortado.
Al respecto, el doctor Franco aseguró que “sí es preocupante el presupuesto. La ciencia debe tener un espacio importante en la agenda pública nacional. El presupuesto de este año de Conacyt es muy parecido al que se tuvo en 2009, con la diferencia de que el país hoy, luego de diez años, tiene el doble de estudiantes en posgrado y el doble de investigadores en el Sistema Nacional de Investigadores”, y señaló que en este contexto la AMC se vio obligada a parar las actividades de todos sus programas.
“Con las nuevas políticas públicas en CTI los programas de investigación están en riesgo y por supuesto que los programas de divulgación como la Noche de las Estrellas también, porque este es un programa de la AMC y la Academia no tiene ya recursos financieros y ha tenido que cancelar la operación de sus programas en estos primeros meses”, admitió.
En la sala Rosario Castellanos de la Casa del Lago, también estuvo presente el director del Instituto de Astronomía, Jesús González, quien dictó la conferencia “Somos polvo de estrellas: origen de los elementos químicos”. El astrónomo coincidió con Franco al decir que efectivamente en el país no hay una tradición de reconocer que la ciencia, la tecnología y la educación son temas estratégicos y la única manera de que avance el país.
González reconoció que actividades como la Noche de las Estrellas permite, además de despertar vocaciones para tener más científicos, que la gente sea consciente, sobre todo los jóvenes, de la relevancia de la ciencia, la tecnología y la educación porque ellos, que van a ser los próximos tomadores de decisiones, vayan en la dirección correcta.