Consciente de que el asunto de la Guardia Nacional se puede convertir en peligroso talón de Aquiles para su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó al secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, que anunciara su decisión de recular en su proyecto original de militarizar las calles del país.
El asunto no gustó a los diputados federales de Morena, pero sin chistar obligó al líder de los legisladores de ese partido, Mario Delgado, a persuadir al resto de los diputados de su bancada para apoyo públicamente esa decisión del presidente de la República, para que el mando de la Guardia Nacional esté a cargo de un civil y no militar.
El viernes pasado se formalizó la orden de López Obrador a sus legisladores federales y ese mismo día Alfonso Durazo llevó el menaje a la Cámara de Diputados y se planteó en la mesa denominada "Seguridad, Construcción de la Paz y Guardia Nacional".
Ahí también estuvieron presentes Alejandro Gertz Manero, encargado del despacho de la Fiscalía General de la República; Luis Crescencio Sandoval González, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); y el secretario de Marina (Semar), José Rafael Ojeda Durán, quienes expusieron sus puntos de vista respecto a la nueva posición de López Obrador.