Por Mónica De Haro
La mayoría de los hombres suelen tener un crecimiento de próstata continuo durante toda su vida. Este crecimiento prostático benigno está causado por múltiples factores, que principalmente pueden ser genéticos y hormonales, y en muchos hombres, este crecimiento continuo agranda la próstata lo suficiente como para causar síntomas urinarios o lo que los médicos llaman 'síntomas del tracto urinario inferior' (STUI).
“A medida que la glándula crece, puede disminuir o detener el flujo de orina desde la vejiga y producir síntomas del tracto urinario inferior”, explica el doctor Carlos Lanciego, jefe de la Unidad de Radiología Intervencionista del Hospital Universitario Virgen de la Salud de Toledo, en España.
Con la edad, la próstata puede experimentar un crecimiento progresivo de carácter benigno. Puede pasar del tamaño de una nuez a los 20 años, al de un limón a los 60. El resultado es que la uretra queda comprimida, lo que provoca alteraciones al orinar.
La HBP suele manifestarse con sintomatología mixta. La presencia de un solo tipo de síntomas nos puede hacer dudar de que estos se deban a HBP. En concreto, los síntomas pueden ser:
Interrupciones en el flujo de orina,
Dificultad para iniciar la micción,
Goteo después de orinar,
Necesidad urgente de orinar,
Flujo de orina débil,
Sensación de que la vejiga sigue llena después de orinar
Micción frecuente, sobre todo por la noche.
Es importante aclarar que esta enfermedad, la más prevalente entre los varones y definida comúnmente como “problemas de próstata”, es un agrandamiento no canceroso de la glándula prostática que afecta al 50 por ciento de los hombres mayores de 50 años, que en muchas ocasiones asumen como condición propia de la edad y no acuden al médico.
Ahí es donde está el error porque aunque tener una próstata agrandada no significa tener cáncer. Sin embargo, hay que estar pendiente de que los síntomas no se agraven o vayan a más.
El motivo es que no existe la misma percepción de riesgo entre ellos que entre las mujeres, mucho más concienciadas sobre la importancia de la prevención ante el cáncer de mama. Esto hace que, entre los hombres, muchos casos de cáncer pasen desapercibidos, especialmente el de próstata y el de colon.
Y es que la Urología es una de las especialidades médicas a las que los hombres son menos fieles; sólo un 8 por ciento acude a este especialista de forma regular.
Sin embargo, los expertos consideran que todos los hombres deben prestar atención a estos síntomas y consultar al especialista si los detectan, para poder hablar de la enfermedad sin tabús y desde el rigor profesional. También deben hacerse chequeos prostáticos porque de esta manera se puede estudiar si existen signos o síntomas de HBP y puede prevenirse o detectarse en fase temprana el cáncer de próstata.
“No es una lesión premaligna de cáncer, pero hay que controlarla porque el cáncer de próstata y esta hiperplasia benigna de próstata comparten síntomas, pero se pueden discernir a través del análisis y del tacto rectal”, apunta el doctor Juan Gómez Rivas, urólogo del Hospital Universitario de La Paz (Madrid).
Al principio puede no sentirse ninguna molestia, pero con el tiempo pueden aparecer síntomas frecuentes y surgir dificultades derivadas de la HBP. Si necesitas saber más sobre esta patología te animo a que veas el documental 'Molestias con importancia' que muestra la vida de dos pacientes de entornos completamente diferentes frente a una misma afección: la hiperplasia.
Por fortuna, que la HBP se puede prevenir o retrasar la aparición de los síntomas realizando cambios del estilo de vida y reforzando una serie las medidas higiénico-dietéticas.
Factores como la obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes o la inactividad física aumentan el riesgo de progresión y empeoramiento de los síntomas. Ten en cuenta que un alimento concreto no va a mejorar o prevenir la salud de tu próstata. Es el conjunto de todo lo que comes y la variedad, lo que hará que tu próstata esté sana. Estas pautas pueden ayudarte a alcanzar este objetivo:
No beber más de dos litros de agua al día y, sobre todo, antes de acostarse. Y si hasta ahora eras más de café, sería buena idea que introdujeras el té de vez en cuando en tu dieta y, si puede ser té verde, mejor.
Moderar el consumo de alcohol, bebidas con cafeína, comidas picantes o ricas en grasa.
Aumentar la ingesta de verduras para evitar el estreñimiento. En especial el tomate, el brócoli, la calabaza, los puerros, la coliflor, la col lombarda, el ajo, la cebolla y los nabos.
Incrementa también el consumo de frutas como la granada, las fresas, los melocotones, las uvas, el melón y las naranjas; y de cereales integrales.
Las legumbres, los huevos y el pescado azul (salmón, sardinas, atún, etc.) deben priorizar sobre la carne.
Condimenta tus platos con: cúrcuma y pimienta (o aceites saludables), ajo, albahaca, jengibre, canela, romero, orégano, clavo o cominos. Estas especias tienen un gran poder antiinflamatorio y anticancerígeno.
Tu principal fuente de grasa debería ser el aceite de oliva virgen o virgen extra.
Realizar ejercicio de manera habitual para mantenerse en un peso óptimo. Es muy importante que mantengas un peso adecuado y evites el sobrepeso y la obesidad.
Aunque a veces es difícil (por el estilo frenético de vida que llevamos) tienes que evitar el estrés.
Cuidado con tener alto los niveles de colesterol o la tensión arterial ya que empeoran la salud de tu próstata.