La UNAM estableció el Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA), que une esfuerzos de diversas entidades y disciplinas para elaborar una propuesta de política pública encaminada al control de antibióticos.
La resistencia microbiana es un problema de salud grave a nivel global. Se estima que en los próximos años y hasta 2050 ocurrirán 10 millones de muertes al año debido a la resistencia que han desarrollado los microorganismos ante los antibióticos. Además, su impacto en la economía mundial será de hasta 100 trillones de dólares.
Por ello, el objetivo de esta iniciativa, encabezada por el Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), es fundamentar la necesidad de disminuir el uso de antibióticos en el país, en todas las áreas: práctica médica, veterinaria, odontología y agroindustria, entre otras, explicó Samuel Ponce de León, coordinador de esa entidad.
El problema es complejo: el mayor consumo se da en la industria agropecuaria, pues de cada 100 toneladas de antibióticos, cerca del 70 por ciento se utiliza para engordar con mayor rapidez al ganado o para evitar que enfermen y mueran peces en las granjas acuícolas. El 30 por ciento restante se usa para atender problemas de salud humana o animal, detalló el infectólogo.
“La agroindustria considera que si no utiliza estos ‘promotores del crecimiento’ podrían disminuir sus ganancias; no obstante, hay alternativas para mantener el ritmo de producción, pero requiere inversiones”.
El universitario resaltó que una vez desechados, los antibióticos llegan a los mantos freáticos y caudales de agua, en donde entran en contacto con bacterias, que desarrollan aún más resistencia.
Derivado de esta situación, en las siguientes décadas podría incrementarse el costo de la atención médica, pues muchos procedimientos perderán efectividad y tendrán más posibilidad de ocasionar complicaciones.
“Si no se toman acciones ahora, las consecuencias serán graves e impactarán en mayor medida en las economías de los países más débiles”, subrayó el especialista.
Plan universitario
Como parte del PUCRA se estableció el Laboratorio de Vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana, una red conformada por 16 hospitales e institutos nacionales de salud, que informarán del estado de la sensibilidad y resistencia a los antibióticos.
También compartirán con la Universidad Nacional cepas con características particulares de resistencia que se estudiarán en la Facultad de Química, el Instituto de Química, el Instituto de Investigaciones Biomédicas y en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
A este plan, añadió Ponce de León, se sumarán entidades del área de las humanidades para la elaboración de la propuesta: la Facultad de Psicología y el Instituto de Investigaciones Jurídicas, entre otras.
“Implementaremos programas de educación para la utilización correcta de antibióticos a nivel pregrado y posgrado. Ya estamos organizando a los profesores. También haremos propuestas concretas de cómo se tiene que regular su uso industrial”, insistió.
Otra de las líneas de trabajo es impulsar que la investigación en la materia sea una prioridad nacional, financiada por instancias federales.
En días pasados se realizó en la Unidad de Seminarios Doctor Ignacio Chávez el primer Seminario sobre la Resistencia Antimicrobiana, al que asistieron investigadores de centros hospitalarios y de 16 instancias de esta casa de estudios, para mostrar los resultados de sus estudios en la materia y discutir las líneas de acción.
Entre ellos, el análisis de la resistencia antimicrobiana de casi 12 mil aislamientos clínicos bacterianos de hospitales en cinco estados de la República; el panorama de la resistencia antimicrobiana en la medicina veterinaria; y la situación actual del uso de antibióticos en la industria agropecuaria.
“En su discurso de recepción, Alexander Fleming, ganador del Premio Nobel de Medicina por haber descubierto la penicilina, señaló que utilizar antibióticos facilitaba la selección de cepas de bacterias resistentes, por lo que su uso debía ser juicioso. Ése es el escenario. Los antibióticos han evitado cientos de millones de muertes, pero se tienen que utilizar juiciosamente”, concluyó Ponce de León.