La misión del robot explorador Curiosity, que desde hace seis años recorre y toma muestras de la superficie marciana, descubrió materia orgánica ancestral en Marte.
El trabajo de Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM y colaborador de la NASA, fue crucial para determinar que el equipo de análisis químicos SAM (siglas en inglés de Analizador de Muestras de Marte) estaba detectando realmente materia orgánica de origen marciano.
Se trata de compuestos de hace tres mil millones de años, que se han preservado en rocas de barro llamadas lutitas, que sólo se forman en presencia de agua líquida, informó el astrobiólogo mexicano.
En conferencia de medios en el auditorio Marcos Moshinsky, señaló que también encontraron fluctuaciones estacionales en la cantidad de metano de la atmósfera marciana, lo que podría indicar procesos geológicos activos presentes, y aún desconocidos.
El metano es un bioindicador para la búsqueda de vida fuera de la Tierra, así que su presencia y las fluctuaciones en sus niveles podrían indicar la presencia de seres vivos, si se detecta junto con otros factores, aclaró.
Acompañado de Miguel Alcubierre Moya, director del ICN, en una conferencia simultánea a la que realizó la NASA con estos resultados en Estados Unidos, Navarro comentó que ambos hallazgos científicos se publican hoy en la revista Science, en dos artículos de los cuales es coautor.
Materia orgánica, evidencia de agua
La detección de compuestos orgánicos preservados fue posible porque las moléculas estaban en forma de “materia orgánica refractaria”, que se produce cuando la materia se encuentra en un ambiente rico en azufre y reacciona con éste.
“El proceso es similar a lo que conocemos como vulcanización, que hace que el hule de las llantas de los carros se vuelva más resistente al calor y a la fricción. De igual manera, la materia orgánica refractaria es muy resistente a procesos geológicos, lo que permitió que se preservara en las rocas del cráter Gale, la zona elegida para la exploración de Curiosity, porque allí están expuestos los estratos geológicos que se formaron en el pasado remoto de Marte”.
En este descubrimiento, Navarro contribuyó con los experimentos que realizó en su laboratorio de la UNAM, en los que identificó las posibles interferencias producidas por contaminantes que pudiesen haber viajado desde la Tierra con Curiosity, y que afectarían los resultados.
Las rocas en las que se encontraron los compuestos orgánicos son lutitas, que sólo se forman en cuerpos de agua, pues están hechas de lodos característicos de llanuras de inundación, deltas de ríos y fondos de lagos. El origen de esta materia orgánica en el planeta rojo es incierto, pero encontrarla en rocas de este tipo indica que hubo agua líquida y, posiblemente, vida microscópica hace tres mil millones de años en un lago que existió en el cráter Gale, remarcó.
En la Tierra, las lutitas contienen grandes cantidades de materia orgánica que se originó a partir de organismos marinos muertos. Las arcillas son un material importante en el estudio del origen de la vida en nuestro planeta, pues tienen propiedades que les facilitan la captura y preservación de moléculas orgánicas.
Si bien el origen de las lutitas terrícolas es conocido, la procedencia de las lutitas marcianas y sus compuestos orgánicos es incierto. Pero Curiosity encontró que la edad de las lutitas de Marte coincide con el periodo en que en la Tierra habitaban las primeras formas de vida unicelulares.
Esto significa que ambos planetas se formaron casi al mismo tiempo, y es probable que tuvieran características similares al momento en que se originó la vida en nuestro mundo, subrayó Navarro.
Pese a que la misión de Curiosity ha encontrado primero agua y ahora materia orgánica y fluctuaciones de metano, no hay evidencia concluyente de vida pasada en Marte, por lo que se necesitarán nuevas misiones complementarias, que ocuparán a los científicos al menos durante la próxima década.