El glaucoma es un conjunto de enfermedades que dañan el nervio óptico, y pueden causar pérdida de la visión y ceguera total. Tras un estudio para encontrar marcadores que ayuden a un diagnóstico temprano, expertos de la UNAM detectaron 63 proteínas expresadas únicamente en pacientes con esta afección.
Con esta investigación, “confirmamos que el antecedente familiar, la miopía y la edad son los principales factores de riesgo que detonan el glaucoma en los mexicanos”, indicó Francisca Domínguez Dueñas, académica de la Facultad de Medicina (FM).
En la actualidad, este padecimiento se detecta hasta que el daño funcional y estructural del ojo es del 50 por ciento; por ello, es considerada la principal causa de ceguera irreversible en el mundo.
La característica principal de esta enfermedad crónica es el daño al nervio óptico. Es asintomática y ocasiona el deterioro progresivo del campo visual; además, cuando se detecta la persona ya tiene alrededor de 10 años con ella, dijo en el marco de la Semana Mundial del Glaucoma, que en este 2019 de conmemora del 10 al 16 de marzo.
El estudio
En colaboración con el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) y el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Domínguez y su equipo hicieron 550 revisiones oftalmológicas a pacientes del INR para verificar si presentaban algún deterioro en el nervio óptico.
Los resultados, próximos a publicarse, mostraron que de la muestra 505 estaban sanos, 20 casos estaban reconfirmados (tenían diagnóstico previo de glaucoma) y 25 fueron casos nuevos.
Con una muestra sanguínea que se tomó a cada uno de los 550 pacientes, se elaboró un estudio proteómico –de la estructura y función de las proteínas– que les permitió identificar y comparar un grupo de proteínas expresadas en pacientes con glaucoma, con otro grupo de pacientes control o sanos.
“Descubrimos que algunas proteínas estaban ausentes en los individuos sanos y otras sobreexpresadas o en cantidades mínimas en los enfermos”, explicó.
Con estos biomarcadores proteómicos en sangre sería factible implementar pruebas tempranas para personas que podrían desarrollar glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA): con antecedentes familiares, miopía o adultos mayores.
“La presión ocular elevada es el principal factor de riesgo para desarrollar glaucoma; sin embargo, no es un criterio diagnóstico, porque podemos encontrar pacientes con glaucoma con la presión ocular dentro el rango estadístico normal (de 10 a 21 mmHg)”, aclaró.
Para Domínguez Dueñas esta investigación permitirá conocer mejor la enfermedad, ampliar el conocimiento sobre su desarrollo, determinar las vías metabólicas que implican la neurodegeneración y, en un futuro, desarrollar otras alternativas terapéuticas.
GPAA
El GPAA es la forma más común y constituye el 70 por ciento de todos los tipos de glaucoma. Cuando se manifiesta es porque ya se ha perdido el 50 por ciento de las células ganglionares del nervio óptico, que pertenece al sistema nervioso central, por lo que estas células o neuronas no se regeneran, provocando una ceguera irreversible.
Además de revisar la presión ocular, el sistema de drenaje del ojo y el fondo de ojo, entre otros, los investigadores realizaron una tomografía óptica que genera una imagen en donde se mide el grosor de la capa de fibras nerviosas del nervio óptico.
En condiciones normales, concluyó la también subdirectora de Oftalmología del INR, “debe medir 100 micras, pero si está por debajo de 80, es necesario descartar el diagnóstico de glaucoma”.