El diputado Jesús Fernando García Hernández (PT) presentó una iniciativa para reformar la fracción VIII del artículo 73 de la Ley General de Salud, con el fin de incluir a las personas adultas mayores entre los grupos poblacionales en riesgo de sufrir trastornos mentales y del comportamiento, para que sean atendidas de manera prioritaria.
La ley vigente establece que la Secretaría de Salud, las instituciones de salud y los gobiernos de las entidades federativas, en coordinación con las autoridades competentes en cada materia, fomentarán y apoyarán la detección de los grupos poblacionales en riesgo de sufrir trastornos mentales y del comportamiento, preferentemente niñas, niños y adolescentes. La propuesta de reforma incorpora a los “adultos mayores”.
Expone que la condición de vulnerabilidad de este sector, lo ubica como un grupo de edad en riesgo de sufrir trastornos mentales y del comportamiento, por lo que resulta necesario que sea atendido de manera prioritaria y que desde el marco legal se le garantice y procure servicios de calidad en materia preventiva y curativa de los diversos padecimientos.
Señala que incluir a las personas adultas mayores permitirá un diagnóstico temprano para promover el tratamiento oportuno, así como la optimización de su salud física y psíquica, así como su bienestar.
Además, una buena asistencia sanitaria y social que indudablemente será factor de importancia para mejorar la salud, prevenir enfermedades y tratar los padecimientos crónicos de las personas mayores.
La propuesta, turnada a la Comisión de Salud, menciona en su exposición de motivos que la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores determina que deben tener acceso preferente a los servicios de salud y gocen cabalmente del derecho a su sexualidad, bienestar físico, mental y psicoemocional.
Agrega que a las instituciones públicas del sector salud corresponde garantizar a las personas adultas mayores el derecho a la prestación de servicios públicos de salud integrales y de calidad, en todas las actividades de atención médica, conforme a lo establecido en la Ley General de Salud.
Destaca que, a partir de los cambios asociados al proceso de envejecimiento, las personas adultas mayores se ubican en el riesgo de sufrir enfermedades que deterioren su salud. Esta situación demanda medidas que les permitan alcanzar y mantener altos niveles de calidad de vida física y mental, a fin de que ejerzan plenamente sus capacidades en la familia y en la sociedad, incrementen su autoestima y preserven su dignidad.
Indica que el sector público de México, a través del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, refiere que la salud mental es un fenómeno complejo, determinado por múltiples factores sociales, ambientales, biológicos y psicológicos e incluye el tratamiento de padecimientos como la depresión, ansiedad, epilepsia, demencias, esquizofrenia y los trastornos del desarrollo en la infancia, algunos de los cuales se han agravado en los últimos tiempos.
Mientras que la Organización Mundial de la Salud enfatiza que más del 20 por ciento de las personas mayores de 60 años sufren algún trastorno mental o neural, y que el 6.6 por ciento de la discapacidad se atribuye a trastornos mentales y del sistema nervioso; la demencia y la depresión son los trastornos neuropsiquiátricos más comunes.
Lograr que la población conserve la salud mental, además de la salud física, depende, en gran parte, de la realización exitosa de acciones de salud pública, para prevenir, tratar y rehabilitar, puntualiza la iniciativa.