Óscar Carranza Castañeda, del Centro de Geociencias (CGeo) de la UNAM, recibió un mensaje de la Society of Vertebrate Paleontology (SVP), en el que le comunicaban que había ganado el Premio Morris Skinner 2018, lo que lo sorprendió, no sólo porque lo convierte en el primer mexicano en recibir esta presea, “sino porque no sabía siquiera que me habían nominado; ignoro quién propuso mi nombre, pero por supuesto que les dije sí”.
En su página oficial, la SVP establece que es una forma de reconocer a quienes “han hecho aportaciones sobresalientes y constantes a través de la conformación de colecciones de fósiles vertebrados, o a quienes alientan, instruyen o encaminan a otros hacia esta meta”.
Esto describe, palabra por palabra, lo que el universitario ha hecho desde 1973, cuando le llevó al entonces titular del Instituto de Geología una iniciativa que de inmediato obtuvo luz verde: integrar la Colección de Vertebrados Fósiles para llenar el hueco que había en el país en cuanto a mamíferos del Terciario tardío.
“Hace 45 años no había ningún espécimen de las edades en las que me especializo; hoy en el acervo tenemos casi 20 mil. Desde entonces ninguno de los directores con los que he colaborado me ha limitado o impuesto plazos; eso nos ha permitido producir mucha información. Éste es un proyecto muy antiguo, que ha generado resultados importantes y datos nuevos y cruciales para entender diversos eventos geológicos y paleontológicos ocurridos en Norteamérica”, recordó.
Por su volumen, parte de la Colección de Vertebrados Fósiles se encuentra en Ciudad Universitaria, en las instalaciones de Geología, mientras que la otra está en el Centro de Geociencias, en el campus Juriquilla. Entre el material resguardado, se cuentan los registros de los primeros inmigrantes sudamericanos en faunas de América del Norte, y el conjunto de restos de équidos más significativo de México, que abarcan edades que van desde el Henfiliano temprano (Mioceno tardío) hasta el Illinoian (Pleistoceno).
Carranza Castañeda recordó que cuando le aprobaron la creación de la Colección, en 1973, tomó un autobús rumbo a San Miguel de Allende, Guanajuato, y comenzó a trabajar ahí por ser una de las zonas más importantes en toda Norteamérica en cuanto a diversidad fósil.
Al paso del tiempo, el proyecto se ha ampliado para abarcar lugares como Tepeji del Río y Zacualtipán, en Hidalgo; Tecolotlán, Jalisco; el estado de Zacatecas y, a últimas fechas, Baja California. “Hemos consolidado lo que creo es uno de nuestros mayores logros: dejar de ser receptores de información y contribuir con datos nuevos sobre algunos problemas biológicos, fisiológicos y paleontológicos muy estudiados y no del todo esclarecidos”.
Sobre el galardón, la directora del CGeo, Lucía Capra, escribió que Óscar Carranza ha creado y curado una colección única en varios aspectos, pues ha permitido replantear hipótesis y romper paradigmas sobre migraciones en nuestro continente. Sus logros, indicó, son producto de una gran pasión por la paleontología y del trabajo arduo, aún con poco apoyo; “esta distinción refrenda la importancia de su labor, desarrollada a lo largo de muchos años”.
La presea le será entregada en Alburquerque el próximo 20 de octubre, en una cena en la que la SVP lo reconocerá por haber transformado el escenario para todo aquel que se dedique a la paleontología de vertebrados en México.