En la actualidad, son muchos los países donde se considera la vasectomía como un método para promover la planificación familiar, e incluso establecen su disponibilidad como parte de las políticas públicas. En México, por ejemplo, para 2022, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se planteó la meta de realizar casi tres mil vasectomías para incentivar la paternidad responsable.

Según Medical News Today, la vasectomía es posible a cualquier edad, y se trata de una operación en la cual se cortan o bloquean los conductos que transportan los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra, donde se hacen parte del semen y salen con la eyaculación. No se deja de eyacular con la vasectomía, pero no hay espermatozoides que fecunden al óvulo tras el acto sexual.

Normalmente esta es una operación ambulatoria, en la cual se cortan los llamados conductos deferentes, pero también se cauterizan o se usan clips, con el fin de que pueda ser reversible de ser necesario. Sin embargo, según Clínica Mayo, la reversión no garantiza que se pueda concebir y mientras más tiempo pase desde la operación, es menos probable aún.

Aunque es una operación común, es posible que se experimenten algunos efectos secundarios posteriores a la intervención como molestias o dolor leve e inflamación. Asimismo, es necesario tener en cuenta que inmediatamente después de la operación, es posible que permanezcan espermatozoides en el semen por un tiempo, con lo cual habrá que usar otro método anticonceptivo durante algunos meses.

Ahora bien, además de este detalle que tiene solución, la vasectomía puede tener algunos riesgos, pero no se relacionan con los mitos populares. Según refiere la organización Planned Parenthood, estos riesgos están relacionados, sobre todo al hecho de que se trata de una intervención quirúrgica, es decir infecciones, hematomas, inflamación y sangrado. Todos estos son tratables.

Si bien la vasectomía es un método seguro para evitar el embarazo, no previene las enfermedades de transmisión sexual.

Otro aspecto que debe tenerse muy en cuenta es que la vasectomía no previene las enfermedades de transmisión sexual, con lo cual es importante que se usen métodos para este fin como condones y se consulten con el especialista otras recomendaciones que permitan tener una vida sexual mucho más segura.

Finalmente, uno de los mitos más frecuentes relacionados con la vasectomía es que afecta los valores de testosterona, y no. Esta hormona viaja en la sangre, no se transporta por los conductos deferentes, que es lo que se interviene en este caso. Tampoco disminuye el deseo sexual, al contrario, es posible que se incentive y se disfrute mucho más porque no existe el temor de la concepción.

La vasectomía tampoco afecta la capacidad de tener erecciones, ni de sentir orgasmos; ni tampoco hay evidencias de que produzca alguna enfermedad. Su función es evitar que los espermatozoides lleguen al semen.

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