En el marco de la conmemoración del Día Internacional de Lucha Contra el Cáncer de Mama, la senadora por Guanajuato, Alejandra Reynoso Sánchez, pidió trabajar para educarnos en la cultura de la detección oportuna del cáncer de mama y para crear un hábito los chequeos de mastografía o ultrasonido por lo menos una vez al año.
“Exhorto a que enfrentemos los retos y las decisiones de vida, a perderle el miedo a lo que el médico nos pueda decir, el exhorto es a que disfrutemos de la vida y que realmente lo veamos como algo extraordinario, porque enfrentar un diagnóstico de cáncer es un reto y una decisión”, precisó la legisladora sobreviviente de cáncer de mama.
En este sentido compartió un mensaje a hombres y mujeres pacientes de cáncer de mama, a sus familias y a quienes como ella se encuentran en etapa de vigilancia, donde recordó que hace un año recibió la primera de 16 quimioterapias, tras un diagnóstico que la invadió de miedo e incertidumbre al sentir una sentencia de muerte.
“Primero, que sí es una batalla, pero es una batalla contra los sentimientos que nos invaden, que es una batalla por la vida, que es una batalla entre la resignación y la aceptación. Que es una batalla que es mucho miedo, pero a las mujeres les digo: el miedo hay que enfrentarlo, ese no se puede evitar. Ese llega, te invade, simplemente hay que enfrentarlo”, aseveró la “Wera” Reynoso al compartir su experiencia de vida tras 110 visitas al hospital.
Mencionó que el proceso de esta experiencia de vida no fue fácil ya que tuvo que hacer frente a más que el diagnóstico, al desprendimiento de una parte de su cuerpo y a valorar cada célula, cada parte de su cuerpo.
“Una mastectomía es una mutilación y podrán mutilarnos un seno, pero que nunca nos mutilen el alma, porque a las dos semanas de que uno recibe su primera quimio y el cabello se empieza a caer, sí, puede desprenderse el cabello y puede caerse, pero lo que nunca debe de caerse es la fe que tenemos en que podemos superar el reto”, precisó la vicepresidenta de la Mesa Directiva.
Recalcó que sin duda uno de los mayores aprendizajes es disfrutar de la vida, de dar gracias a Dios por un día más, luego de enfrentarse a crisis de pánico que la hacían sentir una lucha contra la muerte, y el imaginar que el tratamiento no tuviera el resultado esperado, pero también en donde ese miedo hizo que sacara la fuerza para no perder la esperanza de levantarse de esa cama y salir a trabajar, a trabajar por quienes, como ella, luchan día a día por vencer la enfermedad.
En este proceso agradeció a su familia, quien nunca la dejó vencer por el miedo, con su acompañamiento, amor y cariño, así como a sus amigos y seguidores quienes a través de las redes sociales la alentaron en cada paso a seguir adelante.