La UNAM ha incrementado su presencia y prestigio internacional, muestra de ello es que en un año tres mil 151 de sus alumnos acudieron a realizar estudios o estancias de investigación en otra institución de educación superior extranjera, así como a perfeccionar otro idioma distinto al español en alguna de las sedes que esta casa de estudios tiene en diversos países.
Este número de estudiantes equivale a la matrícula total de licenciatura de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), que cuenta con tres mil 141 alumnos, o la de la Facultad de Artes y Diseño (FAD), con tres mil 227 estudiantes.
En contraparte, recibió a siete mil 630 alumnos de distintas universidades del orbe, cantidad mayor al número de estudiantes de licenciatura en la Facultad de Medicina, con seis mil 953, o de la Facultad de Química, con seis mil 836 estudiantes.
En la actual administración se han firmado convenios, entre los que destacan los acuerdos con las universidades de la Sorbona, de Salamanca, Complutense de Madrid, Arizona y de Sevilla, para ofrecer estudios con doble titulación.
Y se abrieron las tres últimas sedes de la UNAM en el exterior: Boston, en Estados Unidos; Berlín, en Alemania, y en Sudáfrica, informó el coordinador de Relaciones y Asuntos Internacionales (CRAI), Francisco Trigo.
“La UNAM es el proyecto cultural más importante en la historia de México y su presencia internacional es trascendente. Además, la internacionalización es un tema que impulsan todas las universidades a nivel mundial, y la nuestra no puede quedar fuera”, subrayó.
Ciudadanos del mundo
Jorge Arróyave, estudiante de la licenciatura de Ingeniería Mecánica, acudió por cinco meses a la Universidad de Warwick, Inglaterra, a cursar un programa de ingeniería mecánica y manufactura.
“Amplié mis horizontes: encontré la rama a la que me gustaría dedicarme profesionalmente y te conviertes en ciudadano del mundo. En principio México es para ti lo único, pero cuando vas al extranjero y la gente de otros países se convierte en tu familia, aprendes de otras culturas, de los problemas de otras naciones”, comentó el joven.
La UNAM, agregó, tiene buena reputación entre los académicos extranjeros, y los conocimientos que aquí adquirió le permitieron poner en alto el nombre de esta casa de estudios. “En ciertas áreas mis conocimientos eran superiores a los de mis compañeros en Inglaterra. La Universidad Nacional tiene buen nivel académico y cursar una estancia en el extranjero nos permite demostrar cuánto valemos”.
Francisco Trigo indicó que la expectativa de los universitarios para estudiar en instituciones extranjeras ha ido en aumento, y la mitad de los alumnos que acuden en movilidad reciben apoyos de fondos de la misma Universidad o de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Tener una experiencia exitosa les hace ganar confianza, más si la estancia es en un idioma distinto al español, añadió. “Van, se desafían, prueban que el idioma que aprendieron y lo que estudian en la UNAM les permite competir a nivel internacional. De ahí surge su inquietud por hacer un posgrado o su tesis en otra universidad. Se dan a conocer con otros profesores, obtienen interés para hacerse ciudadanos del mundo”.
Citlali Bruce estudia ingeniería mecatrónica y realizó una estancia en la Universidad de Nagoya, Japón, en donde cursó diversas asignaturas de ingeniería automotriz y perfeccionó su japonés.
“Mis compañeros eran de países de todo el mundo: Europa, Asia, América, Oceanía. Me percaté que la UNAM está al mismo nivel, y a veces yo tenía conocimientos mejores que mis compañeros y les ayudaba; en otras, ellos me apoyaban”, comentó la universitaria, quien viajó becada por la UNAM, Fundación UNAM y la SEP.
Citali considera que las experiencias de movilidad internacional son importantes para lograr mayores oportunidades laborales y crecer como persona. “Al conocer otra cultura se abre tu mente. Es importante no quedarse sólo con la visión local, hoy la colaboración es fundamental”.
Con ella coincidió Marsha Ramírez, quien cursa el último semestre de Relaciones Internacionales y estudió seis meses en el Instituto de Estudios Políticos de París.
“Aprendes a adaptarte a situaciones diversas y a responder rápido a los retos que se te presentan; conoces otras culturas y te vuelves más empático”, concluyó.