Adrián Pedrozo Acuña, responsable del Observatorio e investigador del II, explicó que la ingeniería hidráulica enfrenta el reto de entornos naturales alterados (con mayor presencia de agua en donde solía presentarse, y de menos donde no había), así como de una infraestructura diseñada para otras condiciones, que puede ser rebasada en algún momento. A dos años de su creación, el Observatorio Hidrológico (OH) en Tiempo Real, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, cuenta ya con 47 estaciones de medición de lluvia en la Ciudad de México, y a finales de año tendrá 55.
Es un proyecto único a escala mundial, pues no existe otra zona urbana que cuente con una red de medición de precipitaciones pluviales de la calidad de la instalada en esta metrópoli.
Su propósito esencial es informar dónde y cuánto llueve para prevenir desastres, mantener a salvo
Para ello se requiere del uso de la nueva ingeniería. En el OH, recalcó, se pretende proveer de información oportuna a los tomadores de decisiones con la medición en tiempo real de la lluvia, con ayuda de la ingeniería en electrónica y computación, y el envío inmediato de los datos a la “nube”, donde hay algoritmos precargados que procesan la información y publican los resultados.
El Observatorio nació hace dos años con un par de estaciones; en 2017 ya contaba con 10. Ahora, gracias al apoyo de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México, se incrementó la densidad de puntos de observación con al menos una estación por cada cinco kilómetros cuadrados. “No hay otro sistema con este nivel de sofisticación de la instrumentación y manejo de la información en el mundo”, reiteró el experto.
Es una plataforma creada por ingenieros mexicanos, incluidos jóvenes estudiantes, lo que demuestra que hay talento para resolver problemas. Es una solución a la medida, pero puede ser transferida a otros países.
Al hablar del funcionamiento del sistema, Pedrozo explicó que en cada punto de observación (ubicados en estaciones del Metro, de bomberos y escuelas) se cuenta con un sensor llamado disdrómetro, que hace un conteo de las gotas de lluvia; entonces, una computadora denominada Raspberry Pi (de bajo costo) se encarga de enviar la información a la nube para procesarla.
Luego, los datos son publicados utilizando servicios web y redes sociales. Desde el momento en que se detecta un evento en sitio y hasta que lo conocen los tomadores de decisiones –como la Comisión Nacional del Agua y el Servicio de Aguas de la Ciudad– pasa tan solo un minuto, dándoles una ventaja temporal para operar la infraestructura y disponer de las brigadas de emergencia y apoyo.
El sistema ya ha dado resultados. Por ejemplo, para las autoridades de Tlalpan fue útil la información brindada por el OH para la disposición de brigadas durante los eventos del año pasado en Villa Coapa. Pero también la gente puede estar informada mediante las alertas vía Twitter (@ohiiunam) que se emiten de manera automática cuando hay un evento de precipitación muy severo.
De igual forma, se generan instantáneamente mapas de precipitación que se pueden consultar en la página del Observatorio.
Agustín Breña Naranjo, también investigador del II e integrante del proyecto, agregó que las siguientes etapas por desarrollar consisten en un sistema de alerta temprana del caudal de ríos y drenaje, así como la medición de la calidad del agua (nutrientes y contaminantes presentes).
Una más es la elaboración de mapas de peligro de arrastre a personas a nivel de colonia en función del caudal y la velocidad que el agua puede tener en un evento extremo, donde se indiquen las calles y avenidas más peligrosas, y evitar que haya, incluso, decesos.
Asimismo, se realizan actividades de divulgación de la ciencia, mediante OH Kids y OH Académico, en donde se explican, a diferentes públicos, temas de hidrología, medio ambiente y desastres producidos por fenómenos naturales.