Con la invasión de todos los ecosistemas del planeta, el ser humano propició el cambio del uso de la tierra que puede ser factor determinante en la aparición de enfermedades de origen animal (zoonótico), causa del 60 por ciento de infecciones en el ser humano.

Se estima que cada año aparecen cinco nuevas enfermedades humanas y tres de esas son de origen animal aseguró Alonso Aguirre, profesor y presidente del Departamento de Ciencias y Políticas Ambientales, y presidente del Comité Institucional de Uso y Cuidado de Animales en la Universidad George Mason, Fairfax, Virginia.

Dijo que menos del 20 por ciento de la tierra en el planeta se puede considerar en estado silvestre, “en cierta forma no tocada por humanos”, y añadió que con la invasión y el incremento de la interacción del hombre con todos los componentes en el planeta, 75 por ciento de las enfermedades emergentes -incluyendo influenza, ébola- tienen origen animal; y 80 por ciento de los agentes usados en bioterrorismo son patógenos zoonóticos.

En la conferencia a distancia denominada “Patrones globales de enfermedades zoonóticas emergentes. ¿Lograremos predecir y prevenir la siguiente pandemia?”, parte del “XIII Seminario Rafael Martín del Campo y Sánchez”, de la Facultad de Ciencias, indicó: los humanos representan la influencia para el cambio directo más severo sobre el clima.

Con las aglomeraciones y el desarrollo de la tecnología se propicia pérdida de biodiversidad y la presencia de nuevos patógenos. “La destrucción de bosques y la expansión agrícola es una amenaza cuatro veces más grande que cualquier otro factor”, acotó.

Ahora se observa que la pérdida de hábitat, sobreexplotación de recursos, cambio climático y deforestación, inducen la aparición de nuevas enfermedades. “Esta es la regla, no la excepción”, agregó.

Vínculos con la salud humana

El responsable de un programa académico y de investigación que utiliza los enfoques de One Health/Planetary Health para comprender las enfermedades de la vida silvestre y sus vínculos con la salud humana, destacó: se cree que hay más virus que estrellas en el cielo, y la mayoría de ellos no han sido descubiertos.

Expuso que integrantes de diversas universidades trabajan a partir de la macroecología para establecer un patrón de referencia que permita predecir los patrones globales de enfermedades infecciosas, su distribución y si se puede determinar cuál será el siguiente patógeno que cause padecimientos a la humanidad.

No hay problema en determinar los virus de las especies, pero lo que  se desconoce es cuáles serán las condiciones que deben presentarse para que ese virus sea el causante de la siguiente pandemia.

Se ha mapeado la biodiversidad patógena y los riesgos de infección; también se ha estudiado la diversidad de parásitos en primates silvestres, mamíferos y carnívoros, así como la proporción de parásitos compartidos en diversos huéspedes.

“Esperamos más pandemias, por la globalización, expansión de especies y sus hábitats, el tráfico ilegal y la urbanización, la pesquería, los conflictos humanos y el cambio climático”, alertó el experto.

Se requiere, prosiguió, conectar el estudio de los subsistemas ecológicos con lo social, analizar los cambios que se requieren hacer en infraestructura, instituciones, comunidades, industrias; plantear cambios ecológicos en el contexto sociocultural y de vida de cada comunidad para saber cómo responder ante estos patógenos; qué cambios de conducta espacial y social se requieren para hacerles frente.

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