El vitiligo es una patología no contagiosa que se presenta en hombres y mujeres de todo el mundo. Esta afección, que suele presentarse a cualquier edad y que es más frecuente en personas entre 10 y 30 años, se manifiesta en el cuerpo cuando las células productoras de pigmento (melanocitos) mueren o suspenden la producción de melanina, el pigmento que le proporciona color a la piel, el cabello y los ojos. Las manchas de la piel afectada se vuelven más claras o blancas.
“Este trastorno crónico de despigmentación de la piel no es causado por un agente infeccioso, no es contagioso por ningún motivo, ni usando la misma ropa, los mismos utensilios de cocina, etcétera. Mi equipo y yo tenemos cinco años estudiando esta patología porque faltan mucha información alrededor de este padecimiento”, sostuvo Mary Fafutis Morris, adscrita al Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara.
De acuerdo con la investigadora, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, hasta ahora no se conoce qué detona el vitiligo, sin embargo, se asocia con factores de riesgo genéticos, ambientales (monobenzenos, fenoles, rayos ultravioletas) e inmunológicos.
Dijo que dentro de los factores inmunológicos que están involucrados, que es su línea de investigación, se encuentran los radicales oxidantes. Sabemos que cada vez más y de manera constantemente estamos expuestos a los radicales oxidantes, productos tanto del oxígeno como del nitrógeno, y que llegan a dañar a las células de manera irreversible. En el caso del vitíligo, dañan a los melanocitos
“Se han detectado factores que están involucrados, como los linfocitos citotóxicos, que son un subtipo de linfocitos que matan a los melanocitos, esto sucede porque han sufrido algún daño por los radicales oxidantes. Otras células involucradas en este proceso inmunológico son los macrófagos, su función principal dentro de la respuesta inmunológica es fagocitar o comerse a aquellas células, o aquellos antígenos que detecten que posiblemente dañarán al organismo, entonces estas dos células tienen un rol o un papel muy importante en el desarrollo del vitíligo”.
Explicó que, aunque se han ubicado moléculas importantes como factores inmunológicos implicados en el vitíligo, y que “permiten” considerarla una enfermedad autoinmune, no todos los casos son iguales. “Hay pacientes que no presentan los mismos marcadores, no se presentan estos anti anticuerpos”.
El grupo de investigación que encabeza Fafutis Morris ha encontrado que los polimorfismos (cambio de un aminoácido por otro en una proteína) del factor inhibidor de la migración de macrófagos (MIF), aumentan el riesgo de presentar vitiligo no segmentario, que corresponde a manchas generalizadas, generalmente simétricas, incluyendo el vitiligo que se presenta en la cara (acrofacial).
“Una vez que encontramos esta asociación, estamos interesados en ver si los familiares de las personas estudiadas llegan a presentar estos polimorfismos y si desarrollan la patología. De ser así, los hallazgos podrían usarse como marcadores genéticos de la enfermedad o como un blanco terapéutico de los nuevos productos biológicos que se están fabricando y se están empezando a utilizar”.
Señaló que la etiología (causa u origen) del vitíligo sigue siendo desconocida y que la clasificación del vitiligo tiene que ver con la ubicación de las manchas, si se localizan en grandes regiones de la economía corporal o se localizan en forma de parches, entonces el vitiligo es segmentario.
Con el gran desarrollo que ha tenido la biología molecular se ha podido estudiar la secuenciación de genes asociados al vitíligo y se han ubicado mutaciones puntuales o polimorfismos que nos lleva a la predisposición a desarrollar la patología.
“Hay dos marcadores específicos, HLA-A2 y HLADRB1, que están relacionados con la predisposición al desarrollo, pero no son factores determinantes de la patología. Es decir, sin un individuo sano se realiza una genotipación y se le encuentran estos factores, lo único que se le puede decir es que es una persona susceptible a desarrollar vitiligo, entonces las recomendaciones evitar la exposición a la radiación ultravioleta, y a agentes como fenoles y monobenzenos”.
Por último, dijo que quizá exista un subregistro de la enfermedad, por ser una patología que no causa daños a otros órganos y no genera “discapacidad”, muchas personas sólo esconden el padecimiento y no acuden con especialistas para probar los tratamientos, que consisten en fármacos de aplicación local en una lesión inicial, cuando aparece una pequeña mancha blanca, y con exposición a luz ultravioleta. “Hasta ahora el vitíligo no tiene cura. Los tratamientos que existen sólo ayudan a recuperar la pigmentación de la piel o a retrasar la aparición o crecimiento de las manchas”.