La ministra Norma Lucía Piña Hernández, presidenta del Comité Interinstitucional de Igualdad de Género del Poder Judicial de la Federación, afirmó que los operadores jurídicos deben replantear si las penas privativas de libertad, tratándose de mujeres que han cometido un delito, constituyen la medida más útil y eficiente para lograr su reinserción a la sociedad, además señaló que es indispensable juzgar con perspectiva de género.
Al clausurar el Ciclo Mujeres en reclusión: Vidas dentro y fuera de la cárcel , organizado por la Unidad General de Igualdad de Género de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la Ministra Piña Hernández subrayó que la mayoría de las mujeres en reclusión han sido víctimas de abusos, maltrato en la infancia y violencia doméstica en la edad adulta y también muchas de ellas se encuentran en reclusión como resultado de los múltiples niveles de carencias y de discriminación, a menudo a manos de su esposo o pareja, su familia y / o la propia comunidad.
La ministra del Alto Tribunal mencionó que el sistema penitenciario fue concebido por y para hombres, por lo que las condiciones de reclusión de las mujeres son más precarias que las de los sentenciados varones. Por ello, es necesario ver a las mujeres en reclusión como un grupo especialmente vulnerable con necesidades y requisitos específicos, pues es un sector que crece de manera alarmante.
Durante la clausura del ciclo se analizó el tema Los costos para las mujeres en reclusión, donde la representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México, Melissa Álvarez García, y la Directora de Mujeres, Niñas y Niños que viven en prisión. Reinserta, A.C. Jimena García, comentaron acerca de los costos de la ejecución penal sin perspectiva de género, no sólo para los hijos e hijas de las mujeres en situación de reclusión, sino también para el entorno familiar extensivo a la sociedad en general.
En su participación, Melissa Álvarez García dijo que es de interés de todas y todos, que las personas privadas de la libertad regresen a su comunidad sin estigmas y sin limitaciones a sus oportunidades. “En ese sentido, no solo el personal penitenciario, litigantes, policías y jueces, sino todas y todos tenemos una responsabilidad compartida para afrontar los retos”, agregó.
En tanto, Jimena García señaló que con el aumento de mujeres en prisión en todo el mundo ha habido un incremento en el número de niñas y niños que nacen y viven con sus madres en prisión, lo cual es una problemática que requiere una atención especial.
El Ciclo Mujeres en reclusión: Vidas dentro y fuera de la cárcel, que se celebró durante tres sesiones en el auditorio José María Iglesias del edificio sede de la SCJN, tuvo como objetivo abrir el debate y la reflexión sobre el acceso a la justicia y la ejecución penal en condiciones de igualdad y perspectiva de género para todas las personas, así como las diferentes implicaciones que tiene la privación de la libertad en grupos en situación de vulnerabilidad.