*Inicia campaña para el rescate ded nuestra cultura ancestral
Hoy les quiero comentar de un esfuerzo que inicia a partir de este momento, para sumar al rescate y respeto de nuestras culturas ancestrales.
Y por eso les agradezco por ser parte de este momento en que vamos a iniciar una petición para pedir la reparación del daño ocasionado a nuestra cultura ancestral, a Tláloc, al pueblo de donde fue sustraído el monolito de más de 167 toneladas y de aproximadamente siete metros de altura, mismo que fue redirigido hasta un museo al que todos le tenemos mucho respeto, pero que en su momento fue usado como un espacio de propaganda.
Es decir, el traslado de Tláloc, el monolito, se realizó para ser usado con fines propagandísticos, en el marco de la inauguración del Museo de Antropología en la Ciudad de México, y el evento fue transmitido en televisión como si se tratara de un espectáculo, lo que claramente fue también una falta de respeto a nuestros antepasados.
Como ustedes saben, el 16 de abril de 1964, un grupo multidisciplinario, entre ingenieros y arqueólogos, trasladaron a Tláloc, el monolito tallado en tiempos prehispánicos, desde Coatlinchán, en el Estado de México, y aunque hubo muchos elementos de conocimiento público para saber que el pueblo no quería.
Finalmente, luego de varios intentos, triunfó el autoritarismo y se consumó el hurto oficial para engalanar el recién inaugurado Museo de Antropología e Historia, dejando en el olvido al pueblo, a donde verdaderamente pertenece Tláloc.
La programación televisiva de la época, incluso argumentó que la lluvia que ese día sorprendió a la Ciudad de México, fue como una forma de inaugurar la llegada de Tláloc a su nueva casa, quien les dijo a estas personas que este importante monumento necesitaba una nueva casa.
Hubo un llamado a realizar propaganda a fin de legitimar este acto. Por eso, el pueblo que vio partir al monolito Tláloc, así como a quienes luchan en contra del saqueo y traslado de piezas arqueológicas, hoy les informo que vamos a realizar una serie de esfuerzos para solicitar la reinstalación del monolito Tláloc en su lugar de origen, por supuesto, en condiciones mejores de las que fue sustraído.
Más adelante solicitaremos, también, a las autoridades correspondientes el establecimiento de un espacio arquitectónico digno que garantice su cuidado y conservación, de tal manera que este importante monolito pueda regresar a donde pertenece y sea ahí donde todas y todos podamos visitarle y honrarle, como lo hacían nuestros antepasados.
Les estaré informando puntualmente del desarrollo de este importante tema que tiene que ver con el origen de nuestros pueblos mesoamericanos; la mezcla entre el antiguo México y el nuevo motivo de respeto y de honrar nuestra cultura prehispánica y ancestral.
Gracias a todas y a todos por acompañarme en este breve mensaje, para anunciar el arranque de este esfuerzo que implicará estudios de viabilidad, diálogo y peticiones, a fin de tratar de rescatar, de resarcir un poco un hecho que lastimó al pueblo de Coatlinchán en su momento por la sustracción del monolito Tláloc, Dios de la Lluvia, de los Truenos y de los trabajadores del campo.
Y, enhorabuena a todas y a todos. Gracias. En Mixteco también nuestro Dios es Dzahui, así lo conocemos, que es una de nuestras importantes deidades de nuestros pueblos mesoamericanos, de nuestros pueblos originarios.