*Derechos laborales de las personas adultas mayores

La discriminación es un trato diferente que afecta a la persona por motivos de raza, sexo, religión, política, identidad, edad, entre otras condiciones, por el que se niegan oportunidades y transgrede derechos fundamentales.

En el ámbito de la discriminación es un fenómeno social que recurrentemente afectan a los grupos minoritarios y estos se ven vulnerados ante condiciones inhumanas y tratos desiguales.

A raíz de los prejuicios sociales, la edad se ha convertido en una limitante para acceder a un trabajo y principalmente está afectando a las personas adultas mayores, que ya representan más de 17 millones de personas en nuestro país.

Lamentablemente, es una etapa en el que las personas se encuentran en mayor estado de vulnerabilidad por condiciones físicas, sociales, económicas.

En las antiguas civilizaciones, las personas adultas mayores eran consideradas como una población sabia, con experiencia y a quienes se respetaba por su valiosa aportación a la construcción de sociedades.

Hoy, en estos días, estos valores parecen haberse perdido. Hoy nuestra población adulta mayor requiere más que nunca de un apoyo y de nuestro compromiso para garantizar un trato igualitario en el acceso al trabajo.

Nuestra Constitución Federal es clara y está establece en su artículo 123 que toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil.

Por lo que esta norma máxima no debe ser interpretada en perjuicio de estas personas sin importar su condición o situación, todos tenemos derecho a un trabajo.

Como legisladoras y legisladores, es nuestro compromiso y obligación velar por los intereses de la población, principalmente por aquellos que requieren ser mayormente escuchados y que han entregado los mejores años de su vida para que hoy las presentes y futuras generaciones podamos gozar de una mejor calidad de vida.

En la actualidad, la longevidad se ha convertido en un tema de especial importancia debido a que la esperanza de vida aumenta cada año, lo que implicaba en la perspectiva de la sociedad que las personas adultas mayores dejaban de ser socialmente y laboralmente útil.

En la época actual, este pensamiento debe ser erradicado, puesto que la esperanza de vida de las personas ha demostrado que pueden alcanzar a llegar hasta los 100 años de vida, por lo que las personas de 60 años o más aún tienen un largo recorrido, el cual se ve limitado en su calidad de vida, ante el rechazo laboral que muchas empresas privadas establecen como condición contractual, que es la edad.

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