*Urge tecnificación del sector agroalimentario
Impulsamos un punto de acuerdo para solicitar al titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural un programa de inversión en infraestructura y maquinaría nueva para el campo, enfocado principalmente al sector agroalimentario del país.
En este proyecto tienen que participar los tres órdenes de gobierno, a fin de lograr la tecnificación del campo mexicano.
Este sector vive una situación grave que va emporando con el paso del tiempo, además de que ha sufrido el abandono por parte del gobierno y de la propia población mexicana, puesto que no se han implementado políticas públicas que fortalezcan a los campesinos para que sean competitivos a nivel mundial.
El recorte presupuestal, el plan de austeridad del Gobierno Federal, aunado a la reestructuración de la Secretaría del ramo, que redujo sustancialmente el apoyo a los pequeños y medianos productores, quienes representan 70 por ciento del mercado de agricultura del país, están afectando al agro mexicano.
La oferta de maquinaria para este sector se encuentra en poder de las empresas privadas trasnacionales, lo que representa un obstáculo para el acceso de los productores rurales a maquinaria especializada.
La agricultura en México no sólo es generadora de miles de empleos, también es la base fundamental de satisfacción de las necesidades alimenticias básicas de millones de mexicanos.
Esta actividad representa para el país apenas cuatro por ciento del Producto Interno Bruto nacional; sin embargo, trasciende más allá de su participación en el PIB por las múltiples funciones de la agricultura en el desarrollo económico, social y ambiental.
En los últimos años, México registró un aumento en la actividad agrícola, lo que lo ubica en el tercer puesto en producción de alimentos en Iberoamérica, y lo coloca en el lugar 12 a nivel mundial, con una producción estimada de 280 millones de toneladas de alimentos.
De la producción de alimentos, 48 por ciento son agropecuarios y 52 provienen de la agroindustria, los cuales representaron en 2018, seis mil millones de dólares, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
A pesar de que el campo es una de las principales fuentes de empleo en las zonas rurales de nuestro país, sigue sufriendo y enfrentando grandes desafíos ante la falta de acceso a recursos económicos públicos y privados, que le permitan lograr un mayor desarrollo tecnológico en el sector agroalimentario.