Un priista de cepa, René Juárez Cisneros entró al rescate del PRI, al relevar como jefe nacional a Ochoa Reza a 59 días de la elección; una patada de ahogado para tratar de salvar del naufragio a Meade, cuya campaña va a la deriva, según tirios y troyanos.
Ante la emergencia se echó mano de alguien ajeno al grupo Peña-Videgaray y cercano a Osorio Chong, pues los tecnócratas no dieron el ancho. Faltaría el relevo de Aurelio Nuño en la jefatura de la campaña; se barajan nombres, pero es difícil que ocurra.
El nuevo jefe externó su objetivo central: buscar la “unidad sin simulaciones ni falsas poses, para construir la victorial del 1 de julio”: juntar los retazos dispersos en que se dividió el priismo al ser nominado un candidato no priista.
Pero es muy difícil que le alcance el tiempo.
Juárez Cisneros, exsenador, exgobernador de Guerrero y exsubsecretario de Gobernación con Osorio Chong, ya acompañó a J. Antonio el miércoles en su gira por Puebla y más tarde asumió el liderato.
Buscará acercar las bases partidistas a Meade, que no lo asumen suyo, mientras él se rodeó de cuates; pero su campaña va en picada.
Cada vez se distancia del Peje, puntero en las encuestas y enemigo a vencer, hay que afianzar el voto duro de los priistas de corazón, que andan a la deriva y hasta lo detestan.
Dicen que rehuyeron el liderato priistas experimentados, como Emilio Gamboa y Osorio Chong, pues en la lucha cuesta arriba a dos meses de la elección temen fracasar como Beltrones, que en 2016 perdió 9 de 12 gubernaturas y paró entre los desechos del tricolor, con todo y su colmillo.
Es más Osorio Chong, coordinador de la campaña de los senadores, en los mítines se promueve a sí mismo y a los candidatos, pero ni menciona a Meade.
También se habla de cambios en el “cuarto de guerra” de J. Antonio y daría las gracias a Aurelio Nuño como coordinador. Pero se estima muy difícil porque a éste lo puso ahí el dueto poderoso Peña-Videgaray, y su salida implicaría romper con ellos, lo que se antoja imposible.
Y que Meade ubicaría ahí a Vanessa Rubio, exsubsecretaria de Hacienda de toda su confianza, y se rodearía de itamitas, tecnócratas muy preparados, pero sin juego político, como él mismo.
Sería un mensaje para el magnate Alberto Bailleres, dueño del ITAM, que económicamente apoya a Margarita Zavala e incluso propuso se le dé el voto útil de los partidarios de Meade, que gran parte del empresariado reclama para Anaya, quien diario se acerca al Peje en las encuestas.
Peña Nieto desmintió que prominentes hombres de negocios le hayan propuesto la declinación de J. Antonio hacia Anaya para frenar al Peje. Éste se pitorrea de eso, aunque en el fondo es por miedo a que esa posibilidad de derrotarlo avance fuerte.
Ricardo también soslaya tal negociación, que le vendría de perlas y la promovió de esta manera:
Fuertes líderes del sector privado le pidieron rechazar en público su intención de encarcelar a Peña, si llega a Los Pinos, y les reviró con que lo convenzan de hacer declinar a su candidato en favor suyo, idea que le transmitieron al Presidente.
Anaya niega en público que intente un acuerdo cupular para formar un frente antipeje; mas promueve el voto útil en su favor y dice estar dispuesto a construir con quien quiera ayudarlo a edificar el país que deseamos.
O sea: el que tenga oidos para oir que oiga. En el fondo avanza el llamado TUCON: todos contra López Obrador.
Por otro lado, éste rechazó reunirse con los rectores de las 191 universidades del país, públicas y privadas, en su 25 asamblea extraordinaria. La Anuies propondría innovar la educación superior, para dialogar con los candidatos.
¿Temería el Peje que los rectores le cuestionen el título de Licenciado en Ciencias Políticas que le donó el rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, que quería ser secretario de Gobernación la primera vez que Amlo buscó la Presidencia, en 2006?
Andrés fue fósil en la UNAM: ingresó en 1973 y salió hasta 1987; no iba a clases. De 17 materias que llevó, aprobó 8 y de 9 no presentó exámenes. Una impostura más en su vida, plagada de engaños.
El desaire a los rectores revela que no le interesa impulsar la educación de la niñez y juventud mexicanas; pero apoya a la CNTE, que arma camorra, destruye edificios públicos y sabotea la formación de los niños, deja a millones sin clases en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán cuando le viene en gana, y vende las plazas de profesores.
¿Temería Amlo volver a ser interrogado seriamente? Como lo fue en el debate y en reuniones con el Episcopado y los estudiantes del TEC de Monterrey, de las que salió enojado y sin despedirse, porque le disgusta que objeten sus propuestas y quiere que las acepten sin objeción, dado su talante dictatorial.
Como la amnistía y el apoyo irrestricto a los atracos criminales de la CNTE, que torpedea la educación de los mexicanos de mañana, pues Andrés sueña con un país de “ninis”, porros y analfabetas, para manejarlos a su antojo y que le aprueben todas sus puntadas a mano alzada.
Por lo demás, Paco Ignacio Taibo II metió en gran brete a Amlo y su equipo con el anuncio de que, como Presidente, expropiará los capitales que lo confronten. Lo repitió hasta el cansancio en ciclos de conferencias que impartió, pero sólo armó revuelo cuando lo declaró a los medios.
Ni Andrés ni sus voceros han podido convencer que ése no es uno de sus planes, pese a la gran campaña de desmentidos que realizan, pues nadie les cree, y ya está arraigada la convicción de que el Peje miente constantemente y a cada público le dice lo que quiere oir, para arrebatarle los votos.
Aquí se aplica al centavo: “El pez (pejelagarto) por su boca muere”.
@chavafloresll