*La paz en los términos de Corea del Norte
Si queremos entender la cultura de un pueblo, es necesario observar con atención el espíritu que gobierna a sus habitantes. Corea del Norte posee una cultura milenaria y desconocida: son amante de su propia producción de cine, en cuyos estudios se elaboraron historias épicas en la mayoría de los casos. Es una sociedad que disfruta, la danza, el circo, la ópera, la música; en cada escuela primaria los niños aprenden a tocar un instrumento, por ejemplo, el violín. Para el occidental resulta un encuentro desconcertante, los lugareños lo miran a uno con asombro.
Sus paisajes son hermosos, por la ventana se ve con nitidez el río Taedong que divide a Pyongyang. Al caminar hacía él, la ciudad luce limpia y ordenada, en cada una de las esquinas se perciben presos barriendo las calles vigilados por la policía. Se pueden observar algunos templos, pabellones antiguos que se combinan con la arquitectura de la post guerra, las avenidas, los monumentos y a la distancia las colinas verdes. Por lo que se refiere a la parte moderna de la ciudad, sobresale el Arc de Triomphe, cuyas dimensiones son mayores que el original.
A cientos de kilómetros de ahí se encuentra la ciudad de Kaesong ubicada cerca del paralelo 38 que está totalmente militarizado. Ahí está la mesa de negociones dividida por el cable del micrófono. Del otro lado, Corea del Sur vigilada por soldados norteamericanos fuertemente armados.
Es el verano de 1983, la idea Zuche era el emblema ideológico del régimen de Kim Il-Sung, el líder que puso fin a la ocupación japonesa que duró de 1905 a 1945 y enfrentó a las tropas estadounidenses años más tarde. Él construyó los pilares del partido comunista de Corea del Norte a través de los comités populares. Calificó como un obstáculo para el crecimiento de su proyecto político que su país estuviera dividido en norte y sur por el paralelo 38. El 20 de abril de 1946 en un discurso fijó como prioridad la unificación y marcó una ruta crítica que partió del hecho de eliminar a los elementos pro japoneses y a los traidores a la patria que deseaban mantener un régimen feudal.
A su muerte en 1994, su hijo Kim Jong-il, heredó su legado del 8 de julio de 1994 al 17 de diciembre de 2011. En ese periodo de tiempo la influencia de China fue muy marcada porque era necesario levantar la economía coreana que atravesaba difíciles momentos después de la caída del Muro de Berlín y en consecuencia la pérdida de aliados.
Al principio de su mandato nadie sabía con precisión hacia donde caminaba el líder norcoreano cuya personalidad e intenciones eran herméticas. Tuvo un comportamiento difícil de comprender en occidente, pasaba con facilidad de la apertura diplomática a la cerrazón, y de las expresiones de voluntad pacifista a las provocaciones y los alardes militares. Hizo uso político de la crisis nuclear en Corea del Norte, para sobrevivir a la hambruna. Logró lo que pocos políticos han conseguido, que Estados Unidos le temiera.
Sus críticos lo consideraban una amenaza a la estabilidad de la región porque construyó un programa nuclear y misiles de largo alcance. ¡Como no acordarse del 9 de octubre de 2006, cuando los norcoreanos realizaron una prueba atómica subterránea! Su intención era que Washington cumpliera con todas sus exigencias políticas y económicas. Las reacciones no se hicieron esperar por parte de la comunidad internacional; hubo más sanciones y aislamiento contra Corea del Norte.
Siguiendo este hilo de la historia; un año más tarde, en febrero de 2007, el país asiático accedió a dejar sus ambiciones nucleares a cambio de ayuda económica y diplomática. En junio de ese mismo año, el gobierno de Pyongyang entregó detalles de sus instalaciones nucleares y un mes después cerraron la planta nuclear de Yongbyon.
Los norcoreanos esperaban a cambio, que Washington los retirara de la lista de estados patrocinadores de terrorismo. Pero ambas partes no consiguieron ponerse de acuerdo sobre como verificar la información provista por Corea del Norte. Los críticos de las negociaciones, afirmaron que un acuerdo con Corea del Norte era un intento desesperado por un éxito en el plano internacional para el entonces presidente estadounidense George W. Bush.
El proyecto de paz fracasó, principalmente porque no se precisó sobre cuáles serían los parámetros que permitirían medir el éxito de un acuerdo. El logro más importe de ese compromiso fue que se creó un diálogo a seis bandas entre: China, Rusia, EUU, Japón y las dos Coreas. Vale la pena precisar que los norcoreanos desde finales del 2008 empezaron a construir una segunda base de lanzamiento de misiles de largo alcance, situada cerca de una pequeña aldea llamada Pongdong-ni. Cabe aclarar que el sitio, no violó los convenios internacionales. No obstante, su mera existencia, fue un mensaje claro de que el programa de misiles de Corea del Norte estaba activo.
Corea del Norte reanudó las actividades militares en su planta nuclear Yongbyon y siguió con el reprocesamiento de combustible usado en plutonio, el punto clave de su programa atómico. Todo esto en protesta por la condena del Consejo de Seguridad de la ONU. Por lo acontecido el 5 de abril del 2009, cuando los norcoreanos lanzaron un misil, (con capacidad para impactar Alaska). Los expertos estimaron que los misiles norcoreanos Taepodong de largo alcance podrían tocar suelo norteamericano, mientras que los más accesibles Scud de tecnología soviética y fabricación norcoreana tendrían en Corea del Sur y Japón un blanco fácil.
La tensión aumentó desde que Corea del Norte bombardeó un buque de guerra surcoreano en marzo de 2010, provocando la muerte de 46 infantes de marina. Pyongyang negó su participación en este episodio, pero en noviembre de ese mismo año bombardeó una isla del sur, causando otros cuatro muertos.
Al año siguiente, el mismo día del fallecimiento del dirigente de Corea del Norte, se realizó una prueba de lanzamiento de un misil de corto alcance desde su costa oriental, según la agencia de noticias surcoreana Yonhap. Esto se entendió como la continuidad de su política exterior.
Kim Jong-un, recibió esta herencia. Su accidentado ascenso lo forzó a plantearse una estrategia que lo consolidará ante las dudas que generó su juventud. Dedicó su esfuerzo en fortalecer su poderío militar. Según occidente una cuarta parte del presupuesto de su nación fue para este objetivo. Comprendió que era la única manera de sentarse en la mesa con los Estados Unidos, y no se equivocó.
Desde el punto de vista del presidente ruso Vladimir Putin, Kim Jong-un, ganó la partida a la comunidad internacional al construir de una bomba nuclear y misiles intercontinentales, logrando un nuevo estatus para su país.
Es este escenario es comprensible que las pláticas entre Estados Unidos y Corea del Norte se mantengan detenidas. La mayor dificultad es el choque cultural entre occidente y la cultura milenaria de esta región del mundo.
El gobierno estadounidense ha intentado ignorar la idiosincrasia de los norcoreanos, queriendo imponer un modelo de paz libio. (Como se conoce al acuerdo firmado en el 2003 con Libia para la eliminación de su arsenal nuclear. Sin embargo, al final el líder libio Muamar el Gadafi terminó asesinado en el 2011). El Pentágono ha impulsado la idea de que la desnuclearización debería ser unilateral.
Al ver el rechazo rotundo de Pyongyang, la administración de Donald Trump, ofreció otra alternativa tomando de ejemplo a Vietnam cuyo régimen dejó el comunismo por el libre mercado. De nueva cuenta obtuvieron la misma respuesta de los norcoreanos. Ellos buscan la paz a partir del respeto mutuo, quieren una declaración oficial de Estados Unidos para marcar oficialmente el fin de la Guerra de Corea. Además que se retiren las sanciones económicas. Consideran que el desarme nuclear debe abarcar toda la península y no puede ser unilateral, ya que no habría garantías de una agresión estadounidense en el futuro.
Ante la lentitud del diálogo Donald Trump, acusó a Pekín de romper el bloqueo comercial en contra de Pyongyang, al suministrarle petróleo y granos entre otras cosas. El inquilino de la Casa Blanca piensa que la guerra comercial que mantiene contra China ha contaminando el proceso de paz. El gobierno chino rechazó la acusación y consideró que se trata de una cortina de humo.
Para el proyecto político y económico de Trump es necesario pacificar la península coreana, porque es un asunto no resuelto por la Guerra Fría. Estados Unidos y Corea del Norte tienen casi 70 años de confrontación iniciada con la Guerra de Corea (1950-1953).
El republicano busca la demolición del sistema multilateral promovido por su país a partir de 1945. Ha puesto un pie fuera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), esto fue un cambio geopolítico de gran magnitud que llegó a su punto culminante en la cumbre de Helsinki con el presidente ruso Vladimir Putin celebrado el 16 de julio. El presidente ruso obtuvo el permiso tácito de continuar la guerra contra Occidente. Mientras que el mandatario estadounidense renunció a un poder unipolar a cambio de seguir dominando el planeta. Esto pone a Rusia como su aliada y no como enemiga en la guerra comercial contra China, Europa y el resto del mundo. Incluso, en Washington han señalado la necesidad de enfocar su presupuesto militar hacia una guerra en el espacio.
En este contexto histórico, fue muy significativo que el líder norcoreano, Kim Jong- un obtuviera el respeto de Donald Trump, en la cumbre en Singapur el 12 de junio. El hecho no fue menor, es de los pocos mandatarios del mundo que lo ha conseguido hasta el momento. En la reunión se impuso un discurso conciliatorio en vez de una retórica de guerra que prevaleció a lo largo de 2017. No se establecieron plazos en el documento que firmaron ambas naciones y que cuenta con cuatro puntos:
- Establecerán nuevas relaciones de acuerdo con el deseo de paz y prosperidad de los pueblos de ambos países.
- Construir un régimen de paz estable y duradera en la península coreana.
- Reafirmaron la Declaración de Panmunjom, firmada en la cumbre entre las dos Coreas el pasado 27 de abril, y Corea del Norte se comprometió a trabajar hacia la desnuclearización completa de la península coreana.
- Pactaron recuperar los restos de los Prisioners of War (POW) -prisioneros de guerra-, así como de los ciudadanos Missing in Action (MIA) -perdidos en acción-, incluida la repatriación inmediata de los ya identificados, 70 cuerpos de militares estadounidenses han ido regresando a su país.
A pesar de esto, muchos analistas no creen que Pyongyang esté dispuesto a renunciar a su poder nuclear, la opinión pública de Estados Unidos consideró que el acuerdo de desnuclearización fue ambiguo e impreciso. Republicanos y demócratas exigieron la máxima presión económica a base de sanciones mientras las negociaciones avancen. Para ellos, Kim Jong- un, no ofreció nada nuevo, por el contrario, Washington se comprometió a parar sus ejercicios militares anuales con los aliados surcoreanos, lo que constituye una concesión significativa.
No obstante, los norcoreanos cumplieron su palabra de desmantelar su sitio de pruebas nucleares de Punggye-ri , (esto era una de las bases para llegar a un acuerdo con Estados Unidos). Ahí, desde el 2006 se realizaron seis pruebas nucleares gracias a un sistema de túneles excavados debajo de la montaña Mantap. Existen versiones de que parte de las instalaciones colapsaron ocho minutos y medio después de la prueba del 3 de septiembre de 2017, provocando un derrumbe casi vertical en dirección al centro de pruebas.
Por lo pronto los acuerdos entre Seúl y Pyongyang continúan siendo vigentes. Recordemos que suspendieron la emisión de propaganda en su frontera como muestra de avance en el diálogo que tuvieron los gobernantes Kim y Moon el 27 de abril. También acordaron lo siguiente.
- Convertir la zona desmilitarizada que divide al país en una zona de paz.
- Promover una reducción de armas en la región a la espera de la relajación de la tensión militar.
- Impulsar negociaciones a cuatro bandas en las que participarían las dos Coreas, Estados Unidos y China.
- Organizar una reunión con familias divididas por la guerra. Esto ya empezó a suceder.
- Lograr la conexión y modernización de ferrocarriles y carreteras a través de la frontera.
- Impulsar una mayor participación conjunta en eventos deportivos. Como sucedió en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de PyeongChang del 9 de febrero.
Queda claro que Corea del Norte no tiene problemas con Corea del Sur, consideran que carecen de capacidad nuclear que les permita responder militarmente. El conflicto es contra Estados Unidos. Pyongyang culpa de la escalada armamentista a Estados Unidos ya que desde la administración de George Bush aumentó su presencia militar y su política exterior se basó en imponer sus criterios por encima de las demás naciones.
En este sentido es positivo que los presidentes de ambas Coreas, Kim y Moon, celebraran en Pyongyang la tercera cumbre intercoreana del18 al 20 de septiembre. El objetivo fue dar un nuevo impulso a las conversaciones entre norcorea y Estados Unidos, luego de que Trump canceló en agosto una visita a la capital coreana del secretario de Estado Mike Pompeo.
Acordaron que norcorea cerrará el sitio de pruebas de misiles de Tongchang-ri y podría desmantelar su principal complejo nuclear si Estados Unidos toma medidas equivalentes. Se volverán a reunir en Seúl en una fecha todavía no determinada. Ambas Coreas seguirán su política de acercamiento; el pasado 14 de septiembre, abrieron una oficina conjunta en la ciudad de Kaesong. Todo esto fue bien visto por el inquilino de la Casa Blanca quien espera poder anunciar avances sobre la pacificación de la zona antes de las elecciones de noviembre.
Para alcanzar la paz, se necesita tiempo, tanto en términos de generar confianza entre Estados Unidos y RPDC, así como planear un mecanismo que permita la desnuclearización de la península.
Se ha especulado que la desnuclearización podría concluir en el 2021, antes de que termine el primer mandato de Trump. Otros son menos optimistas y consideran que será un largo proceso que puede durar de diez a 15 años.
En este sentido, México no puede quedarse al margen de semejante situación que compete a todos las naciones. Se requiere la normalización de las relaciones de nuestro país con Corea del Norte. Esperemos que el próximo Gobierno Federal tome cartas en el asunto y empiece a recuperar el prestigio internacional que se ha perdido.
Conferencia dictada por escritor Héctor Tenorio en la Benemérita Universidad de Puebla, campus Tehuacán el 20 de septiembre de 2018