*Con singular alegría recibió AMLO a Kamala
*Vino a ofrecer, pero queda en secreto lo que pidió
Si la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, vino a México para decirle al presidente Andrés Manuel López Obrador que tiene a su disposición un paquete millonario de dólares y asistencia especial para diversos programas sociales que les interesa a los gringos, la pregunta es qué pidió a cambio la poderosa mujer del vecino país del norte.
Y es que vea usted, grilloso lector, de acuerdo con lo que se hizo público, doña Kamala estuvo en Palacio Nacional para decirle a don Andrés que su país está dispuesto a entregar al gobierno mexicano 130 millones de dólares para la aplicación de la reforma laboral.
Además, tiene a su disposición 250 millones de dólares en préstamos y donativos para la creación de cadenas rurales productivas en el sur de México.
Y llama poderosamente la atención que de igual forma la vicepresidenta le ofreció al inquilino de Palacio Nacional apoyo sustancial en la lucha contra los “polleros” (traficantes de personas) y asistencia especializada para la búsqueda de desaparecidos.
Esto viene a cuento, porque López Obrador se desgañita en sus mañaneras que durante los 30 años de neoliberalismo con que se gobernó a México, los presientes en turno aceptaron las imposiciones de política económica que le dictaron los organismos internacionales radicados en Estados Unidos.
También critica con dureza el operativo “rápido y furioso” que le impuso Estados Unidos al entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa y todo aquello que considera injerencista, como lo que otorga el gobierno gringo a organizaciones civiles como “Mexicanos contra la impunidad” y “Artículo 19”.
Pero lo que no se dice, es qué pidió a cambio la dama norteamericana, porque en el ámbito internacional es sabido que ese país no tiene amigos, tiene intereses y a todos los que les da algo, también algo les pide y por lo regular esto no se hace público.
Por ello, una vez más, cabe la pregunta de nuestros sabuesos informativos, en el sentido de que entonces, dónde está la congruencia de don Andrés…
Que quede para la reflexión…