*Crónica de un segundo ocaso político anunciado
*Morena se sacude a Monreal y lo pone en la mira
Y la historia se repite para Ricardo Monreal Ávila en Morena, donde, a todas luces, el mandamás del país y del partido no lo quiere como candidato presidencial para el 2024, lo mismo que hace 22 años el mandamás del PRI y entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, le mandó decir que no sería su candidato al gobierno de Zacatecas, su tierra natal.
La historia es harto conocida, porque en aquella época don Ricardo logró su objetivo con la ayuda política de quien ahora lo repudia en el Morenismo y no solo se convirtió en gobernador, sino que se acomodó en el perredismo y se le permitió ser también fundador de Morena.
Pero, como antes se lo dijeron en el PRI, ahora todo parece indicar que el presidente Andrés Manuel López Obrador le está mandando el mensaje de que ya no cabe en el partido por su vulgar ambición de sucederlo en el cargo sin su autorización.
Sería ocioso que Monreal negara que con lo ocurrido el domingo pasado en Toluca, capital del Estado de México, su destino político
está más que definido, porque, a fuerza de ser objetivos, desde este momento se le puede dar por eliminado del partido y, posiblemente, a partir del próximo primero de septiembre, también de la bancada de la fracción parlamentaria, si no es que antes.
Cuestión de reflexionar de manera sucinta las siguientes palabras pronunciadas en ese evento por el líder nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo: “La elección de nuestro candidato presidencial para el 2024, ni se discute, será a través de encuesta”.
¿A quien estuvo dirigido el mensaje?, pues a don Ricardo, quien ha dicho, una y otra vez, que si ese será el proceso de selección, la tiene perdida de antemano, porque sabe como se las gastan los morenistas en esas prácticas.
Además, con ese posicionamiento de don Mario, se confirma que si se atrevía a presentarse en esa reunión en Toluca, sería blanco de tremenda rechifla que ya estaba programada con el mismo sigilo que acostumbran los políticos rivales.
Así las cosas, Monreal enfrenta ahora lo mismo que lo enfureció cuando el PRI, su partido de origen político y que todavía lleva en su corazoncito, le dijo que por órdenes del entonces presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, no sería su candidato al gobierno de Zacatecas.
Por eso buscó el apoyo del también entonces líder nacional del PRD, Andrés Manuel López Obrador, quien lo abrigó, operó para llevarlo al gobierno zacatecano, lo hizo militante del partido, lo llevó de la mano para ser partícipe de la fundación de Morena y lo encumbró hasta donde hoy le ha permitido manejar el Senado de la República a su antojo.
Este manipuleo político-legislativo ya se ha comentado entre los estrategas de las tres corcholatas presidenciales de don Andrés y de acuerdo con las señales que han captado nuestros sabuesos informativos, el inquilino de Palacio Nacional ya asimiló el escenario y está operando cambios.
Supuestamente lo que hizo explotar el ánimo de López Obradores, fue un informe que salió del círculo más cercano a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, en el que se hace notar el peligro que representa Monreal si se le permite estar sacando raja con el cargo que ocupa en el Senado para hacerse notar políticamente y así posicionarse ante el electorado nacional rumbo a las elecciones presidenciales del 2024.
Como se ve, el tema da para más y aquí se lo estaremos reseñando con la puntualidad que nos ha caracterizado en los 17 años que llevamos de profundo trabajo periodístico.