*Vientos de cambio soplan en la bancada morenista del Senado
De no ocurrir algo que detenga la orden que salió del despacho principal de Palacio Nacional, el todavía líder de los senadores de Morena, Ricardo Monreal Ávila, será destituido de ese cargo y pasará a ser otro legislador más, aunque quien sabe si todavía de Morena, se independiza o se va de licencia.
Pero, además, si las versiones que captan nuestros sabuesos informativos van en dirección correcta, podría quedar sujeto a lo que resulte de la investigación que, supuestamente, está muy avanzada de todo el derroche que se le documentó y está listo para exhibirlo, porque se trata del dinero de la bancada morenista.
Según esto, el presidente Andrés Manuel López Obrador está cada vez más enfadado con el senador zacatecano, porque son muchas las cosas que le llegan y alimentan sus animadversiones.
Lo último que le llegó al inquilino de Palacio Nacional y que lo puso muy enojado, según se comenta por los pasillos lopezobradoristas, es lo ocurrido en una reunión cerrada a que convocó Monreal a todo el grupo de Morena para solicitar, en tono de exigencia, que votaran a favor de Rafael Luna Alviso para el Instituto Nacional de Acceso a la información, INAI.
Su petición fue rechazada y hubo airadas protestas que pronto llegaron a la oficina de don Andrés, porque don Ricardo les aplicó la magistral maniobra que aprendió en el PRI: negociar con la oposición cuando se tiene el mando en un cargo de poder.
Y así logró imponer a don Rafael en el consejo del INAI, una vez que el PAN aceptó lo que les ofreció para que lo apoyaran con su voto y que a la postre le constará lo que viene si no ocurre algo que detenga su debacle.
Naturalmente que esto irritó a los senadores Cesar Cravioto y José Narro, quienes, aun cuando intentaron detener este abuso de poder, no pudieron y, por el contrario, tuvieron que soportar las burlas de su derrota de casi una treintena de legisladores morenistas que se la están jugando con Monreal.
Pero hubo algo que los inconformes captaron y están aprovechando como lo marcan los cánones de la política: armar el asunto y llevarlo a donde se debe para responder con la misma moneda.
Resulta que cuando el presidente López Obrador anunció el veto del nombramiento de Luna Alviso, el secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República no pudo ocultar su enojo y explotó con sonoros insultos al mandatario sin reparar en sus alrededores.
Bueno, pues todo esto llegó a la Presidencia de la República y, para las pulgas del señor, pues ya se imaginará usted, grilloso lector, la forma en que explotó.
Así las cosas, ¿todavía hay alguien que dude de la expulsión de Monreal del partido y todavía hay alguien que dude de su futuro en la llamada 4-T?
Que quede para la reflexión, porque don Andrés, aunque dice en sus mañaneras que no es vengativo, también asegura que no olvida.