*No hay sentido…común
Datos, números, cifras… ¿y su significado? Alguien miente acerca de la reforma eléctrica.
A los ciudadanos nos cuesta trabajo entenderla, seguramente también a los diputados, que en materias eléctrica y financiera no necesariamente son más letrados.
Primero reconozcamos que quienes urdieron la reforma energética peñista del 2013 engendraron un verdadero galimatías, difícil
de comprender y de aplicar.
¿Con toda intención?
A los ciudadanos nos cuesta trabajo entenderla, seguramente también a los diputados, que en materias eléctrica y financiera no necesariamente son más letrados.
Primero reconozcamos que quienes urdieron la reforma energética peñista del 2013 engendraron un verdadero galimatías, difícil de comprender y de aplicar.
¿Con toda intención?
Se trata de dos reformas constitucionales con una diferencia inicial: la que analiza el Congreso a través del parlamento abierto, obtiene la mayor publicidad y difusión posible; mientras que de la del sexenio anterior casi no se supo nada, su difusión fue prácticamente nula, solo se dijo que gracias a la competencia prometida, habría mucha inversión y la luz y la gasolina bajarían.
Tanto los que están a favor como los que están en contra de la reforma eléctrica de AMLO manejan precios, costos, intereses, unidades de medida (kilowatt-hora, vatios, número de usuarios, de productores, etc.), inversiones en millones de pesos o de dólares, plazos y otros datos como si todos conociéramos el tema y fuera fácil validar sus argumentos. ¿Cómo evaluar dichos datos?, ¿Quién tiene la razón?, ¿A quién creerle?
Lo que los usuarios queremos es un buen servicio al mejor precio y ambos bandos dicen poder satisfacer dicha demanda. El diferendo del gobierno con la reforma vigente (2013) rechaza su modelo
privatizador porque conduce a un comportamiento del mercado parecido a lo sucedido hace un año en Texas, cuando la tormenta invernal dejó sin energía eléctrica al estado por semanas y manifestó
incrementos descomunales en las tarifas eléctricas; asunto similar a lo que ocurre en España, donde es frecuente que las familias adquieran sus víveres diariamente para no prender el refrigerador y llegar al fin de mes sin tanta zozobra.
El gobierno dice que la carestía de la luz se debe a que la normatividad actual obliga a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a pagar el porteo (transporte) de la electricidad aportada por los privados, además de que cuando no hay sol o viento para generar las energías limpias que transmiten (el gobierno dice que lo hacen con ciclo combinado, es decir, una parte eólica o solar y otra con gas) y por tanto dejan de inyectar a la red, CFE sale al quite para evitar que los clientes se queden sin el servicio pero la Comisión debe absorber el costo de ese apoyo; además la figura del autoabasto permite que empresas prósperas simulen ser socias de un productor independiente de energía, suscribiendo una acción de un dólar, así logran pagar menos que una familia en su recibo de la luz, es el multi comentado caso de Oxxo.
Los privados adjudican las tarifas caras a que CFE dejó de participar en las subastas. Hasta ahora solo me he allegado explicaciones
confusas de las mismas; por ello les sugiero mantenernos atentos al parlamento abierto, a través del canal del Congreso (45), del 11, 14, 21, ó YouTube.
Existen otras variables intervinientes que deberán ser suficientemente explicadas y como no surgirá nadie que las defina fehacientemente para todos, indique cuáles son las torales y cómo medirlas
satisfactoriamente, bien haremos en informarnos, por los canales oficiales que señalamos párrafo arriba, pero también en los canales de comunicación tradicionales y en las plataformas digitales, cuidando de
exponernos a mensajes tanto de quienes estén a favor como de los que estén en contra de la reforma.
Es de esperar que otro tanto hagan los legisladores y que ojalá voten en favor de lo más conveniente para la mayoría.
Siendo consecuentes con la publicidad que se ha dado al tema, nos conviene conversar sobre el particular con amigos, familiares, colegas, compañeros de trabajo y demás personas con quienes interactuemos, ayudando así a dilucidar colectivamente quién tiene la razón.
Y sabremos quien miente.